Cultura

La Junta cesa a su director general de Museos, Sebastián Rueda

  • El equipo de Rosa Aguilar prescinde de la mano derecha de Luciano Alonso en el seguimiento del Museo de la Aduana.

Con un agradecimiento "a los servicios prestados": así anunció la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía el cese de quien ha sido su director general de Bienes y Culturales y Museos durante los últimos tres años, el malagueño Sebastián Rueda, quien asumió el cargo nada más comenzar la pasada legislatura como mano derecha del consejero Luciano Alonso después de una larga experiencia en la política municipal como alcalde de Guaro. El anuncio en cuestión apareció publicado el pasado jueves día 6 en el BOJA en estos términos: "A propuesta de la consejera de Cultura y previa deliberación del Consejo de Gobierno en su reunión de 4 de agosto de 2015, vengo en disponer el cese de don Sebastián Rueda Ruiz como Director General de Bienes Culturales y Museos, agradeciéndole los servicios prestados", con la firma de Manuel Jiménez Barrios como presidente de la Junta de Andalucía en funciones y de la actual consejera de Cultura, Rosa Aguilar. La medida resulta altamente significativa cuando, según los plazos previstos, la recepción del Palacio de la Aduana como sede del Museo de Málaga (que reunirá el Museo de Bellas Artes y el Arqueológico) por parte de la Junta de Andalucía desde el Ministerio de Cultura debería producirse antes de fin de año (en realidad, éste es el plazo consignado para la inauguración del equipamiento, aunque tales términos parecen improbables: de darse alguna inauguración antes de enero se hará, previsiblemente, de manera parcial). Se trata, en fin, de una maniobra delicada y ajustada en cuanto al tiempo que hace prever nuevos aires para una época difícil en la que todo funcionará bajo presión. Por el momento, la Consejería de Cultura no ha hecho público el nombre de un sucesor.

Sebastián Rueda atendió ayer a este periódico y, al ser preguntado sobre las razones de su cese, respondió con un lacónico "la política es así". Sin acritud y con buen talante, Rueda señaló que la nueva consejera "trae su propio equipo y nada más producirse su llegada se me encargó que formalizara la transición, y a esto me dediqué durante mis últimas cinco semanas en la Dirección General". En parte, el cese era una cuestión prevista desde que Luciano Alonso salió de la consejería, aunque precisamente la velocidad con la que Rosa Aguilar promovió la destitución revela que la Consejería está obligada a trabajar con prisas en lo que a la Aduana se refiere. Rueda apuntó que la propia consejera "me pidió que me quedara, aunque yo no podía hacerlo de cualquier manera". Ahora, el ya ex director se pone "a disposición del partido" con vistas a septiembre y a una posible reorganización de la administración autonómica.

Con respecto a Málaga, Sebastián Rueda citó los actos por el décimo aniversario del Museo Picasso y la apertura de la Sala Iniciarte en el Palmeral de las Sorpresas como algunas de las iniciativas impulsadas bajo su gestión, aunque ha sido el Museo de Málaga "el proyecto que más tiempo y esfuerzo nos ha exigido". En este sentido, Rueda señaló que el protocolo para la cesión de la Aduana, que habrán de firmar la presidenta de la Junta, Susana Díaz, y el ministro de Cultura correspondiente, "está ya listo para su firma", y que la entrega de las llaves "podrá realizarse en breve". Habrá que comprobar, en este sentido, las consecuencias de un posible cambio en el Ministerio a tenor de las elecciones generales que habrán de celebrarse antes de fin de año: un signo político distinto podría tener consecuencias, más allá de posibles retrasos, en aspectos como la relación del Museo de Málaga con el Museo del Prado.

Como responsable de la conservación de los fondos, eso sí, la Junta no tiene los deberes hechos: el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico continúa con las tareas de restauración, mientras que la empresa Arte, Conservación y Restauración, seleccionada mediante concurso público el pasado mayo, prosigue su labor en la misma materia con 94 piezas del Museo de Bellas Artes. La imposibilidad de disponer de las obras supone un obstáculo para una ejecución museográfica que trabaja a contrarreloj. Buena le espera al futuro director general.

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