El éxito de Marisa Monte no es fruto de la casualidad. Si con 26 años realizaba giras de 250 conciertos, con 44 y dos hijos esta laureada artista brasileña persiste en su búsqueda de perfeccionamiento con su octavo disco de estudio. "Si alguien tiene éxito es porque se lo trabaja", explica. Han pasado cinco años desde sus últimos álbumes con temas inéditos, Universo ao meu Redor e Infinito particular, un tiempo que ha dedicado a su nuevo trabajo, O que voce quer saber de verdade, además de a un tour de dos años y medio, a la preparación de un documental y de una película en la que colaboró como productora y a su nueva maternidad, que cambió sus "prioridades".

"Necesitaba tiempo en casa cuidando de la familia", explica la brasileña, que valora de forma fundamental el papel de una madre dentro del hogar y que declara que dedicó ese intervalo a escucharse a sí misma. Así llegó al denominador común de este disco, de corte "existencialista": la "búsqueda de placer, de la felicidad, la libertad para disfrutar de la vida", aclara. Aquí le canta al mundo "lo que quiere saber de verdad".

Todo ese pensamiento salpica sus nuevas canciones, algunas de las cuales llevaban escritas desde su última gira y han ido creciendo con los meses.