Cultura

Nuria Fergó debuta en el teatro con 'Lucía, la Maga'

  • El musical para toda la familia se representa desde hoy y hasta el domingo en el Echegaray, dentro del Festival de Teatro

Nuria Fergó debuta en el teatro con el estreno de un musical para toda la familia que habla de esperanza y optimismo, de superación ante las adversidades. La cantante nerjeña explicó ayer que el mensaje de Lucía, la Maga, segunda primicia del XXXI Festival de Teatro de Málaga tras el estreno ayer de Nightshot, se puede resumir en una frase de su personaje protagonista: "Siempre que haya ilusión, hay solución". "No hay que bajar la guardia incluso si nos hallamos en el ojo del huracán", añadió el director y también intérprete de la pieza, Norberto Rizzo, que reveló que la obra, escrita por Marisé Monteiro e inspirada en el personaje homónimo de la Rayuela de Julio Cortázar, fue estrenada en Argentina en pleno corralito. Aún así, o quizá por ello, su moraleja, la magia del amor como medicina contra la oscuridad vital y real, fue disfrutada por 7 millones de espectadores en el país americano, por lo que le auguró un similar éxito en su desembarco en un Viejo Continente azotado por la crisis.

El Teatro Echegaray muestra desde hoy y hasta el domingo el resultado: un nuevo montaje de la productora Entertainment & Imagination, armado para la ocasión con un capital artístico puramente malagueño. Además de Nuria Fergó en el papel de La Maga y Norberto Rizzo en los de Cero Lux y Duende, actúan en Lucía, la Maga Alejandro Martín, Raquel Pérez, Paco Pozo, David Gil y Pape Labraca . Manolo Toro en los arreglos de la música compuesta por Valeria Lynch y Daniel Ferrón, Beatriz Guerrero y Patricia Quiroga en las direcciones de voces, Gema Lamela en las coreografías, Alejandro Martín en el vestuario y escenografía o Antonio Luis Navarro y Alfredo Gómez en la escenografía y atrezzo son también parte de ese equipo responsable del desembarco en Málaga de la obra.

El musical cuenta la historia de una ciudad gobernada por un tirano a quien sólo le importaba el poder. En esta ciudad práctica sólo importaba trabajar; no había tiempo para disfrutar y no existía el descanso ni la naturaleza, ya que una gran nube artificial no dejaba entrar el sol. Hasta que unos duendes dicen basta.

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