Campillos vuelve a ser este fin de semana una de las capitales mundiales del piano. La localidad acoge la octava edición de su Concurso Internacional de Piano para jóvenes, en el que 29 músicos menores de 30 años llegados de cuatro continentes diferentes miden su talento y su habilidad a las teclas.

Pese a contar con una trayectoria aún relativamente corta, el certamen se ha convertido ya en el segundo de mayor importancia de su categoría de entre los que se celebran en todo el territorio andaluz, solo por detrás del celebrado en Jaén, que con medio siglo a sus espaldas es ya todo un clásico. "El nivel ha ido creciendo mucho desde la primera edición, todavía me sorprende que vengan pianistas de todos los rincones del mundo para tocar aquí", señala el fundador y director artístico del evento, el también pianista Juan Lago. Y es que los seleccionados este año proceden de países tan lejanos como Rusia, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos, Brasil o Australia.

Las eliminatorias comenzaron ayer por la tarde, después de que los participantes pudieran tocar durante unos minutos el piano con el que deberán interpretar sus piezas y en el lugar en el que unas horas después deberán enfrentarse al público, el salón de actos del IES Camilo José Cela. Uno de los últimos en subir al escenario en esta primera toma de contacto fue Simon Buerki, procedente de Suiza, y que a sus 14 años es el concursante más joven de este año. Una condición que sin embargo no parece pesarle en absoluto. "No pienso en ello, me siento como uno más de los músicos", afirma.

Este joven pianista lleva ya muchos concursos y conciertos a sus espaldas, pero este será el primero en el que debe enfrentarse a un gran programa. Y es que, además de piezas de libre elección, los aspirantes también deberán interpretar composiciones de Haydn, Mozart o Beethoven, entre otros.

Otros de los concursantes, que en este caso forman parte de la nómina de pianistas nacionales, son Antonio Galera López e Irene Renart Muñoz, dos de los grandes jóvenes talentos del piano español. Para ellos, al igual que para sus compañeros, es importante que a pesar de las dificultades económicas se sigan celebrando este tipo de eventos, que dan voz a los nuevos músicos. Además, reconocen haberse sorprendido con la naturaleza de esta cita anual. "Me parece muy positivo que se celebre en un instituto, ya que así estamos más cerca del público más joven", apunta Galera.

Uno de los retos más difíciles a los que se enfrenta la organización es la selección de los músicos que participan en cada edición. No obstante, el número de solicitudes recibidas ha llegado a superar las 230 en alguna ocasión, lo que conlleva un enorme trabajo de audición y criba, a partir de los CD o DVD que los aspirantes envían. "El encargado de seleccionar soy yo, pero muchas veces tengo que pedir ayuda a algunos compañeros porque es una decisión realmente difícil", apunta Lago.

No menos difícil resulta establecer los premios finales, cuya cuantía asciende a los 6.000, distribuidos entre los tres primeros clasificados. El ganador absoluto, además, se asegurará su presencia en algunos de los festivales y recitales más importantes de nuestro país durante los próximos meses. Las claves del éxito de este concurso son varias, según su director. Entre ellas, el encanto del lugar en el que se celebra, un pueblo del interior malagueño con apenas 8.600 habitantes, y que sin embargo cuenta con una importante afición musical en general, y pianística en particular. La existencia de varias bandas y concertistas, el propio Lago entre ellos, dan fe de ello.

Además, desde el principio se trató de una apuesta decidida por parte del Ayuntamiento de Campillos, algo que ha permitido superar incluso los peores momentos de la crisis. "La cultura suele ser uno de los primeros ámbitos que se ven afectados, pero aquí se ha hecho un gran esfuerzo para mantener el concurso", añade. Y a todo ello hay que sumar otros factores como el buen clima o lo asequible que resultan los vuelos hasta Málaga.