Cultura

La libertad contra el piloto automático

  • Fernando Savater inauguró ayer en La Térmica el ciclo 'Palabras mayores', en un día en que su reivindicación de la responsabilidad política de la ciudadanía sonó especialmente oportuna

Cualquier espacio brindado a la reflexión es bueno, pero si lo preside Fernando Savater no hay más remedio que reconocer el privilegio: "La reflexión pública siempre es importante. No tengo la solución para nada de lo que ocurre, pero sí considero importante que no vayamos por ahí con el piloto automático puesto, que hablemos de algo más que de fútbol". El filósofo abrió ayer en La Térmica el nuevo ciclo de conferencias Palabras mayores. Qué nos está pasando, y lo hizo en un día especialmente sensible, un día en el que resultaba muy difícil confiar en las instituciones públicas. Pero Savater, como suele, reivindicó la responsabilidad política del ciudadano, por la que debe asumir un papel superior al de mero observante de su tiempo. Y lo hace desde la primera seña de su pensamiento, ácrata y humanista: la libertad. "No hay nada escrito en las estrellas. Pasa lo que dejamos que pase. Pero a las personas libres no se les pregunta qué va a pasar, sino qué vamos a hacer. Los políticos somos nosotros, todos. Lo más fácil es decir que todos los políticos son nefastos y acusarles de eso. Pero justamente a través de este argumento explicaba Erich Fromm el éxito social de los dictadores en El miedo a la libertad. En este escenario estamos todos y la solución pasa por empujar todos juntos".

Traía consigo Savater, recién salido de la imprenta, su último libro, El traspié. Una tarde con Schopenhauer, que publicará en unos días Anagrama. Y a tenor del pesimismo canónico del pensador alemán ("Sí, él decía que de ésta no sales ni cuando crees que has salido"), resultaba oportuno preguntarle, precisamente, por la salida: "Muchas veces la esperanza se traduce en ganas de descansar. Podemos decir que hay dos modos de pereza, el optimismo y el pesimismo. Las dos conducen a lo mismo, es decir, a nada. Lo importante es tomar decisiones acordadas y ponerlas en práctica. De los desesperados, sólo merece respeto el que se arroja del octavo piso". Eso sí, de nuevo remitiendo a su querencia más ácrata, reconoció que lo suyo, el margen en el que lleva batallando tanto tiempo, es el de "un pesimismo activo".

También se refirió Savater a la situación de las humanidades, concretamente dentro del curriculum que promete el proyecto de la nueva ley de educación, la Lomce. En el recorrido escolar, la Historia de la Filosofía, que actualmente es obligatoria en Bachillerato, pasa al ostracismo de los contenidos optativos: "Hay un descrédito de la filosofía, de la literatura, de las materias que, curiosamente, son las que explican de manera más clara lo que queremos hacer cuando educamos. Y por eso estas asignaturas son las más útiles, porque son las que nos permiten reflexionar sobre lo que podemos hacer con determinadas herramientas. Pero el fin del proyecto de ley no es promover la reflexión, sino llevar a cabo una selección de élites que en el futuro constituyan quienes alcancen el triunfo económico y el gobierno de la nación. Todo esto, además, se explica en lenguas autonómicas con el fin de que sólo lo entiendan unos pocos. Ahí empieza la selección".

Un asunto lleva al otro y lo oportuno es poner sobre la mesa el éxito de los nacionalismos centralistas y periféricos en la España del presente: "El nacionalismo es la ideología política que se da quien no tiene oportunidad de darse otra. Todas las demás, desde el marxismo al liberalismo, exigen un esfuerzo, una reflexión. Pero el nacionalismo dispensa de cualquier tipo de trabajo intelectual. Es una ideología sin ideas. Basta con decir que sí a lo que diga otro". Su abordaje a los fundamentalismos que amenazan la estabilidad de Europa no es menos apasionado: "La Iglesia y las patrias están ocupando el vacío que han dejado las humanidades. El horror vacui existe. Y siempre se procura llenarlo, aunque sea con ideologías de este tipo, estupidizadoras". ¿Sospechó cuando escribió Contra las patrias que ese libro iba a ser hoy tan necesario? "Lo que nunca imaginé es que tendría tan poco éxito". Eso lo hace aún más urgente.

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