Cultura

La paloma y su calidad simbólica, claves del 'Octubre picassiano'

  • La nueva edición del ciclo incluye seminarios y talleres además de una exposición central

Hay quien opina que Picasso pudo haberse decantado por otra criatura más noble, o por lo menos más limpia, pero la biografía de cada uno es inviolable. Resulta suficientemente conocido el episodio infantil de Picasso transcurrido en el palomar de su padre, José Ruiz Blasco, y el modo en que aquellas aves, por capricho de las musas, habrían de volver una y otra vez a su memoria a la hora de dar a luz su obra. El Octubre picassiano, que es el instrumento de que dispone la Fundación Picasso Casa Natal para seguir recordando que el genio vino al mundo aquí, y no en Francia, se dispone a celebrar el próximo 25 de octubre el 133 cumpleaños del malagueño más universal; y, como es costumbre, la celebración en cuestión vendrá de la mano de exposiciones, seminarios, talleres didácticos y varias actividades de animación de las que ayer dio cuenta el director de la Casa Natal, José María Luna, acompañado por el alcalde, Francisco de la Torre, y la concejal de Cultura, Gemma del Corral (los tres, por cierto, paloma en mano). Y serán las palomas las protagonistas de la exposición que servirá de eje central a la programación, una propuesta que se inaugurará el día 24 (para permanecer hasta el 18 de enero) y que, bajo el título Ruiz Blasco. Ruiz Picasso: Millones de palomas, reunirá dibujos y pinturas de ambos artistas, padre e hijo, además de cerámicas, grabados, libros ilustrados, fotografías, carteles y otras pinturas que ilustrarán a modo de contextualización cómo era aquella Málaga provinciana y gris que se debatía entre dar por terminado el siglo XIX o no hacerlo en absoluto. En la organización de la muestra, comisariada por el propio José María Luna y Rafael Inglada, han colaborado el Museu Picasso de Barcelona, el Museo Picasso Málaga y varios coleccionistas privados, lo que de paso resulta revelador respecto al modo en que la institución teje sus relaciones con otros templos picassianos al mando de Luna.

En el apartado académico (por decirlo así), el Octubre picassiano presenta el seminario El minotauro pinta, con tres mesas redondas coordenadas por Pedro Pizarro a celebrar los días 14, 22 y 29 de octubre y que estarán moderadas, respectivamente, por Rafael Canogar y Mario Navarro, Chema Cobo y Alberto Ruiz Samaniego y Pedro G. Romero y Estrella de Diego la tercera. También tendrán lugar las justas y necesarias presentaciones de libros: Picasso de Maurice Raynal (traducido por Jesús Munárriz) el 16 de octubre y 500 españoles y Picasso de Rafael Inglada el día 27, además de cuatro nuevos títulos de la colección La hoja que ríe asomada (consagrada al rescate de artículos y semblanzas sobre Picasso) y los catálogos de las exposiciones de Diego Santos (Picasso on the beach) y la nueva Millones de palomas.

Pero, como no es cuestión de ponerse pesados, también habrá actividades familiares al aire libre los días 25 y 26, con una cascada de palomas de papel colgadas de la fachada de la Casa Natal, el reparto de avecillas similares en varios enclaves del centro y la actuación juglaresca del gran Joaquín Núñez en la noche del 25 en la Plaza de la Merced con Es muy ciertoque una vez, suerte de romance de ciego con la infancia de Picasso como leit motiv (Núñez ya dio a probar el invento en la pasada Noche en Blanco y, créanme, es muy divertido), además de los talleres didácticos, los Sábados en la Casa Natal y demás enjundia. Busquen, elijan e inscríbanse en www.fundacionpicasso.malaga.eu y que no se diga que Picasso no es de Málaga. Faltaría más, a estas alturas.

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