La pasada edición del Festival de Teatro de Málaga, celebrada en enero y febrero de este año, significó un antes y un después en la ya larga trayectoria del certamen. Castigado por la general pérdida de espectadores en el teatro español a cuenta de la crisis y la subida del IVA cultural al 21%, el ciclo vivió ediciones peliagudas en 2012 y 2013, cuando sólo presentó 13 y 18 montajes respectivamente, sin apenas estrenos y con un pobre balance en cuanto a espectadores. Para 2014, sin embargo, la organización decidió responder al infortunio con más teatro, y así puso sobre la mesa 27 montajes y 75 funciones, además de un amplio programa alternativo en la sección Off. La respuesta del público fue decisiva, con un récord de 26.000 espectadores (hasta entonces, el año con mayor afluencia había sido 1996, con poco más de 20.000) y un inédito nivel de ocupación en el Cervantes y el Echegaray del 80%. En consecuencia, la propuesta urdida con vistas a 2015 por Miguel Gallego, director de producción de los teatros municipales y primer responsable del certamen, ha consistido en reforzar el órdago: la trigésimo segunda edición del Festival de Teatro de Málaga se celebrará del 8 de enero al 16 de febrero próximos con 107 representaciones de 46 obras, diez de ellos estrenos. El grueso de la programación, presentado ayer (el contenido de la sección Off se revelará en su plenitud más adelante), traerá al Cervantes y al Echegaray a buena parte de lo que han dado de sí las principales compañías e instituciones escénicas del país en el último año, con nombres y referencias incontestables; pero también entran de lleno en la primera fila del envite diez compañías malagueñas con sus últimas propuestas. La lección aprendida demuestra que a mayor oferta, y más en tiempos difíciles, no sólo aumenta el número de espectadores (lo que hasta cierto punto resultaría lógico), también el porcentaje de ocupación en sala; y el Ayuntamiento parece haber tomado nota de esta máxima ampliando su inversión presupuestaria desde los 89.000 euros de la pasada edición a los 110.00 de la siguiente. A medida que el Festival de Teatro adquiere hechuras de tal, su atractivo se amplía entre los aficionados, que en Málaga son muchos por más que ciertos profetas de la fatalidad pregonen lo contrario. Así que cabe esperar, en consonancia, un récord aún mayor de afluencia para las funciones de 2015. Las entradas, por si acaso, ya están a la venta en las taquillas de los teatros y los puntos habituales de la Red.

Como es habitual, el festival distribuye su oferta a medida de todos los gustos, desde el musical al teatro infantil pasando por el mimo, la danza, la magia y el teatro a secas, en sus acepciones clásicas y contemporáneas: si Shakespeare fue protagonista en la edición de este año por aquello de su 450 aniversario (también tiene su hueco reservado para 2015, que conste), el nuevo menú incluye obras de Molière, Francisco de Rojas Zorrilla, Eugene O'Neill, Tennessee Williams, Bertolt Brecht, Mario Vargas Llosa y Chico Buarque, entre otros; o, lo que es lo mismo, un repertorio sin lugar a muchas dudas.

Dado que la oferta es tan amplia, y que lo mejor es que cada aficionado diseñe su particular ruta programa en mano, conviene apuntar sólo algunas highlights a modo de recomendación: es mejor no perderse en el Cervantes Misántropo, pieza de Miguel del Arco a partir del clásico de Molière con Israel Elejalde y Bárbara Lennie que ha rendido a la crítica y al público en toda España (16 y 17 de enero); VIP, el regreso de Joglars con Ramon Fontseré (12 y 13 de enero); El zoo de cristal de Tennessee Williams con Silvia Marsó (21 de enero); Kathie y el hipopótamo, de Mario Vargas Llosa, dirigida por Magüi Mira y protagonizada por Ana Belén (22 de enero); Continuidad de los parques, otro éxito dirigido por Sergio Peris-Mencheta, con Roberto Álvarez y Fele Martínez (23 de enero); El largo viaje del día hacia la noche, de Eugene O'Neill, con Mario Gas y Vicky Peña (24 y 25 de enero); Donde hay agravios no hay celos de Francisco de Rojas Zorrilla, el regreso a Málaga de la Compañía Nacional de Teatro Clásico diez años después con Helena Pimenta (28 y 29 de enero); Olivia y Eugenio, con Concha Velasco dirigida por José Carlos Plaza (30 y 31 de enero); La ópera del malandro, primera producción española de la obra del músico brasileño Chico Buarque (8 de febrero); Caminando con Antonio Machado, monólogo con José Sacristán (9 de febrero); otro monólogo, La plaza del Diamante de Merçé Rodoreda, con una arrasadora Lolita como La Colometa (10 de febrero); y el nuevo montaje del Centro Andaluz de Teatro, La evitable ascensión de Arturo Ui de Bertolt Brecht (11 de febrero).

En el Echegaray, Charo López es La Celestina en Ojos de agua de Ron Lalá (9 y 10 de enero), Histrión sirve el Arizona de Juan Carlos Rubio (23 y 24 de enero), Blanco Teatro propone Las preciosas ridículas de Molière (29 de enero), Ximena Carnevale recupera su Crudo (13 de enero) además de un largo work in progress y el CDN trae el polémico La rendición (30 y 31 de enero). Y esto, sólo para empezar.