Aprobados y suspensos

Durante los primeros años de nuestra democracia, algunas universidades fueron estigmatizadas

Durante los primeros años de nuestra democracia algunas universidades fueron estigmatizadas por su alta conflictividad académica y su baja productividad educativa. Las innumerables huelgas y enfrentamientos con la autoridad, acompañadas por la complacencia indisimulada de un profesorado fuertemente crítico, crearon un ambiente estudiantil insostenible. Fueron necesarios muchos años de docencia e Investigacion y una ley común de enseñanza universitaria para que se modernizase, liberalizase y relajase la Academia.

El sambenito de aquellas promociones universitarias acompañaría a sus estudiantes durante años. Bastaba con indicarle a un empresario que el solicitante de empleo era un egresado de cualesquiera de estos centros y épocas, para que te acompañase a la puerta y te despidiese con un gesto de desconfianza y sorna a partes iguales.

Pero como bien dice el refranero, el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, y los rectores y claustros catalanes no querían perder esa capacidad de errar tan humana. Así que, dando un doble mortal sin red, recientemente han sido capaces de aprobar leyes para que, aunque los alumnos no vayan a clases, ni hagan prácticas, ni se examinen parcialmente, de forma sorpresiva, puedan aprobar las asignatura. Eso sí, deberán demostrar una gran capacidad "manifiestativa" y subversiva que les permita alcanzar las mejores calificaciones. Mientras tanto los profesores podrán cobrar, sin siquiera pisar el aula, y serán recompensados por animar a las masas levantiscas. Después de esto que nadie se extrañe de que tengan tanto tiempo libre para investigar y se clasifiquen tan alto en los rankings internacionales, sobre todo en aquellos que no midan la labor docente.

Nos imaginamos que a partir de ahora existirá una tabla de convalidaciones para que, cuando un alumno rebelde quiera trasladar su expediente, sea fácilmente comparable: por cada "manifa" un aprobado; por cada contenedor incendiado, un notable y por cada policía apedreado, sobresaliente con mención a matrícula, en función de los daños causados. Mientras, las demás universidades seguiremos impulsando el intercambio internacional y la investigación interdisciplinar, que cree alumnos con mentalidades más abiertas y realmente universales. Porque, como bien decía Pío Baroja "el carlismo se cura leyendo y el nacionalismo, viajando".

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