Cosas de familia

Los jóvenes tendrán que anticipar su horario de salida o pasar a la clandestinidad. Temo que opten por lo segundo

En una inundación lo primero que falta es el agua potable. Desconozco la autoría de la frase, que se suele utilizar en periodismo, así que prefiero adjudicársela al maestro Iñaki Gabilondo. Se la he escuchado varias veces, incluso mejorada. "Lo primero que falta tras una tromba de informaciones es la información potable", dijo en un seminario en 2013. En realidad, antes de descubrir que esta sentencia se podía aplicar a mi profesión pude confirmar su veracidad. Tras las riadas de noviembre de 1989, una de las primeras noticias que facilitó el Ayuntamiento fue que la ciudad de Málaga se quedaba seca durante varios días. Las canalizaciones que transportaban el líquido procedente de los pantanos discurrían al aire libre, así que con las fuertes precipitaciones arrastraban por los conductos barro y piedras que obturaban la depuradora. La solución era detener su funcionamiento hasta que desapareciera la turbidez. De ahí la obligada presencia de los aljibes en todas las casas.

Con 422 nuevos de casos de coronavirus en Andalucía el jueves (ya superamos los 500 al día), la Junta cerraba parcialmente el grifo de la información. Sólo comunicará los brotes importantes y queda a su parecer cuándo adquieren esa consideración. Se acabó el goteo diario de focos. Aunque ayer sí supimos de 139 nuevos contagios en Málaga. "Tienen poco impacto desde el punto de vista epidemiológico" y "no los recoge siquiera el Ministerio de Sanidad", se defendía el consejero de Salud ante su nueva política de transparencia. Si Fernando Simón no presta atención a esos brotes para qué llevarle la contraria, debe pensar Jesús Aguirre. Ya se sabe que Simón es el baluarte científico que más ha ensalzado el PP en esta pandemia. Además, el consejero andaluz precisó que el 56% de los focos tienen su origen en las reuniones de familia. Y ya lo dice otro refrán, los trapos sucios mejor lavarlos en casa. No será él quien airee en la prensa esos asuntos familiares..

Con este enfoque, seguro que ya no espantamos a los turistas. Lástima que queden pocos a estas alturas. De todas formas, ni las familias ni los jóvenes parece que hayan hecho demasiado caso a las advertencias de Sanidad. A los últimos intentan los mayores meterles en cintura con la clausura de discotecas y bares de copas. Y el adelanto a la una de la mañana del cierre de terrazas. Tendrán que anticipar el horario nocturno de sus salidas. O pasar a la clandestinidad. Me temo que lo segundo.

Mientras tanto, ignoremos la realidad hasta que nos aplaste. En vez de un respingo diario con los datos, que sólo provoca que los medios dudemos de la efectividad de los controles del Gobierno andaluz, sólo nos llevaremos un susto semanal. Si nos inundamos o no, pues ya Dios dirá.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios