Explicaciones electorales

En la izquierda también hay buenos alumnos. A Belarra le ha faltado tiempo para cargar contra su socia de Sumar

Dos son las características del comentario de un resultado electoral según el profesor Shameless. La primera, la negación vehemente de la derrota. Pero si esta es incuestionable, la segunda es la transferencia de responsabilidades a cualquiera que pase por ahí. Y Abascal, que estudio política desde los 18 años, lo tiene clarísimo.

Bajo estos principios, el problema no es perder más de 600.000 votos, es que Feijóo desmovilizó al electorado. Que a los partidos de derecha les votaran más de 11.100.000 personas en lugar de los 10.354.000 de hace cuatro años, no tiene nada que ver. Al parecer ha habido 770.000 electores que han mostrado su desmovilización votando cualquiera de los dos. Todo un análisis que no augura nada bueno sobre los que podría hacer como vicepresidente y solo comparable con la reflexión de que la concentración del voto útil en el PP perjudica la suma de los dos partidos. Pero lo mejor es el razonamiento del porqué de la desmovilización de esos 600.000 votos que VOX ha devuelto al PP que en su día aglutino a toda la derecha española. Que la ausencia en un debate de tu contrincante directo haya causado la desmovilización de tus votantes solo se explica porque tu papel no ha sido especialmente brillante. Que el supuesto reparto de ministerios, o lo que es lo mismo, las perspectivas de formar gobierno, desmovilice a tus posibles electores, quizás tenga que interpretarse como un mensaje subliminar de que no quieren que toques pelo. Y si el problema es que las encuestas estaban manipuladas y han vendido la piel del oso antes de cazarlo, tendrás que explicar cómo casa esa teoría con que, en tu caso concreto, las expectativas eran peores que los resultados. Claro que si ofrecer pactos de estado al partido socialista está detrás de la desmovilización de “la alternativa” (que debemos entender que eres tú ya que el PP ha aumentado en más de 3 millones), todo parece indicar que “la alternativa” que proponías no era especialmente movilizadora. Y por supuesto, los medios que los han demonizado. Como si no se bastaran para hacer llegar claramente su mensaje.

Claro que en la izquierda también hay buenos alumnos. A Belarra le ha faltado tiempo para cargar contra su socia de Sumar. No es que Podemos fuera cuesta abajo y sin frenos, es que invisibilizar a su partido, ergo a ella, no ha funcionado. Siempre cabe preguntarse que habría pasado si no hubieran perdido protagonismo.

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