Pedregalejo en su normalidad

¿Qué trabajo costaba ocupar temporalmente con mesas algunas áreas de la arena promoviendo el empleo?

Algunos políticos repiten incesantemente ese oxímoron de moda que es la "nueva normalidad", absolutamente contradictorio ya que, si es lo nuevo no es lo normal y si es la normalidad no puede ser nueva. Pero es necesario algo más que un encierro disuasorio y prolongado para cambiar a la sociedad, y especialmente a los malagueños. Las imágenes de un paseo marítimo abarrotado, como siempre ha estado, escandalizan a lo largo y ancho de este país, pero ¿quién debería ser multado por ello?

Es muy fácil acusar a los ciudadanos, decir que son unos irresponsables y que están poniendo en peligro la salud de todos. Ese argumento se resuelve fácilmente confinando de por vida a todas las personas, hasta que mueran de inanición, y así será imposible que contagien a otros. Estas técnicas ya fueron usadas por los nazis, logrando grandes hitos en los campos de la tortura y de la cremación. Pero, ironías aparte, es curioso que el barrio de Pedregalejo, al que podríamos considerar el más responsable y leal con sus mandatarios, porque les dio el voto confiando en ese hermoso proyecto de un paseo marítimo ancho y espacioso que se iba a construir, ahora es el culpable de la estrechez de sus infraestructuras. Al final será la excusa para condenar otros 20 años a esta entrañable zona sin transportes, viales, hospitales ni suburbanos, pero al menos nadie podrá obligarla a renunciar a su normalidad.

Cuesta trabajo pensar que, ante una salida programada y esperada de los ciudadanos al sol, a la luz y al reencuentro con los demás, no se hayan tomado medidas para facilitar este momento. ¿Qué trabajo costaba ocupar temporalmente con mesas algunas áreas de la arena de las playas, promoviendo el empleo y espaciando a los comensales? Si nos prohiben disfrutar del mar en esta injusta fase 1, hagamos un uso racional de los espacios. Después se quita y se continua con la eterna normalidad, la del paseo marítimo estrecho y antiguo, pero al menos no se buscan excusas culpabilizando a los pagadores de impuestos, es decir, a los ciudadanos.

Al menos cabe la esperanza de que, cuanta más gente se va viendo por la calle y más infectados por coronavirus siguen sumándose, menos enfermos acuden al hospital. Esto nos da una idea de que la peligrosidad parece ir decreciendo con la llegada del calor, por tanto, dejemos que la gente tome el sol y respire aire puro, que este remedio podría ser más efectivo.

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