Regreso a la autarquía

Ahora debemos salir de ésta con el mínimo de bajas posible y, con el esfuerzo de todos lo lograremos

Entre los años 1939 y 1959 España vivió de espaldas al exterior. En este periodo se desarrolló la autarquía económica, en la cual nuestro país tuvo que vivir de sus propios recursos y con un mínimo de relaciones comerciales con otras naciones. Fueron tiempos duros que marcarían a las generaciones que lo vivieron para siempre, y por ello se apreció tanto la apertura posterior al mundo, la libertad de movimientos y las relaciones internacionales. Hoy volvemos a refugiarnos en nosotros mismos, pero con unas circunstancias muy diferentes: los que vivieron la autarquía y estaban más preparados para aconsejarnos como superarla se nos están muriendo, ¿sabremos llevar la situación adecuadamente?

La realidad internacional, con robos y retenciones de material sanitario entre países supuestamente aliados, es vergonzosa. Las leyes parecen no funcionar y el tiempo del filibusterismo ha llegado de nuevo. Los políticos más débiles se resignan a los desmanes de los más violentos, sin apenas levantar la voz y sin darse cuenta que están dejando la puerta abierta al populismo salvapatrias que siempre llega después. De ahí que deba utilizarse toda la diplomacia posible, dando un golpe en la mesa cuando sea necesario, para que no se violen los derechos internacionales. Sabemos que algunos prefieren la selva en lugar de la civilización, pero no se les puede permitir que se impongan a los demás y, sobre todo, que no nos ayudemos en los momentos difíciles, después de tantos años cediendo derechos y asumiendo deberes para lograr la construcción de una Europa unida.

¿Se imaginan que, mientras esperamos que nuestros gobernantes actúen, algunos de ellos se dedicaran a hacer videos contra la oposición? Sería una absoluta incoherencia y es mejor no pensar que eso pudiera ocurrir, porque en tal caso habría que exigir responsabilidades penales por omisión de su deber público. Por ello merece la pena filtrar adecuadamente la inmensa cantidad de información que nos está llegando durante esta indeseable cuarentena, vaya a ser que alguno quiera recoger frutos de una situación tan trágica.

Ciertamente el hecho de haber desoído a Europa, cuando a inicios de marzo Alemania y Francia prohibieron toda reunión de más de 1000 personas, o se canceló toda manifestación en Italia, nos pasará factura. Pero ahora debemos salir de ésta con el mínimo de bajas posible y, con el esfuerzo de todos lo lograremos.

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