Siguiendo la corriente

Desde mediados del XIX dos hombres marcaron el rumbo eléctrico de la humanidad: Edison y Tesla

Desde mediados del siglo XIX dos hombres marcaron el rumbo eléctrico de la humanidad: Edison y Tesla. La lucha por imponer la corriente continua frente a la alterna es uno de los episodios científicos y tecnológicos que han marcado el devenir de posteriores desarrollos y hoy revivimos sus consecuencias. La actual revolución energética está en la base del actual orden mundial y las decisiones que se tomen serán estratégicas para nuestro futuro.

Es interesante observar las reticencias que aún existen para la transformación del coche de combustión interna en el vehículo eléctrico. Pero las cosas están cambiando inexorablemente: desde el punto de vista social es la primera vez que se venden en nuestra provincia más coches híbridos o eléctricos que de gasolina; respecto al económico, los precios se van aproximando progresivamente, consecuencia lógica del incremento de sus ventas; la autonomía va aumentando paulatinamente y el desarrollo de las baterías de aluminio, ya probadas, muestran distancias superiores a los 2.000 km sin necesidad de recarga; la incorporación de la tecnología solar en zonas de carga y en los propios vehículos permite extender su uso incluso en los lugares más remotos; y el reconocimiento global de que acabar con el uso de combustibles contaminantes es algo que beneficia a todos es, sin duda, el mayor avance de nuestra sociedad.

Mientras tanto algunos quieren que sigamos llegando a una estación y cargando el combustible. De ahí que pontifiquen tanto por el hidrógeno, como medio no contaminante y alternativa a la gasolina. Nadie duda de sus bondades, pero hay que aclarar que para producirlo se necesita electricidad, y por tanto volvemos al paso anterior. Cabe reseñar que una de las principales virtudes de dicha electricidad ha sido la de tejer durante décadas una infraestructura que llega a cada uno de nuestro hogares e industria. Esto provoca la independencia de los usuarios del transporte eléctrico respecto a las estaciones de servicio, impulsando a que estas últimas deban reinventarse.

Vamos a vivir unos años de transición extraordinarios. Algunos usarán esto, no nos cabe la menor duda, como choque ideológico entre el progreso y la defensa de las tradiciones. Mientras pierden su tiempo es importante que científicos y tecnólogos sigan avanzando porque, como reconocen todos los que probaron el vehículo eléctrico, esto no tiene marcha atrás.

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