C OMIENZA hoy el largo proceso de vacunación contra el Covid-19. Igual la elección de la fecha no es casual. Un 27 de diciembre, en domingo, para evitar coincidencias con la celebración, el lunes, de Los Inocentes. Las primeras jeringuillas para inyectar las dosis, en un hospital y una residencia de ancianos de la capital. Los dos escenarios donde han sido más visibles o invisibles las víctimas de esta pandemia.

Como los medios de comunicación serios decidimos hace tiempo no publicar fake news en esa fecha -ahora la novedad sería celebrar un día sin falsedades- las bromas de mañana transitarán, sobre todo, por las redes sociales. La jornada será propicia para comprobar en qué lugar queda el ingenio o el recurso más sencillo a la miseria.

El virus se cobra, al menos parcialmente, la última fiesta del año en Málaga. Una celebración centenaria, al aire libre y multitudinaria quedará en esta edición encapsulada en el teatro Cervantes. Una gala homenaje que, al menos, permitirá que suenen las pandas para un grupo reducido de espectadores. Pero 2020 permite finalmente que pueda cerrarse con el noticia más esperada durante los últimos doce meses: la vacuna.

La vida ya no es una película con arranque, nudo y desenlace. Como diría Hyde, en el blog que escribía en este periódico en la pasada década, antes de que su autor sucumbiera a los cantos de sirena de la política, El cine ha muerto. Y ahora triunfan las series. Las historias se cuentan por capítulos y se exprimen por temporadas. Vimos nuestro mundo paralizado en marzo. Calles reales solo imaginadas por la ciencia ficción. Animales que bajaban del campo a la ciudad o que se aproximaban a las orillas de las playas sin temor por el repliegue del hombre, encerrado y vigilado en su propia casa. El miedo al contacto con cualquier ser humano. La quiebra o el apogeo, según se mire, de las leyes de la naturaleza. Hasta que hoy ha llegado Pfizer, a la espera de los refuerzos de Moderna, Astrazeneca, Johnson&Johnson, Curevac y una decena de compañías más que experimentan diversas alternativas para combatir o desactivar el virus. Pero el agente agresor se defiende, se adapta al terreno y muta. Así que no sabemos si hoy se escribe el principio del fin de un largometraje de terror o nos sorprenderá una serie con un continuará en 2021. De momento, lo que es prácticamente seguro es que la cuesta de enero será más empinada que nunca.

Un turista británico en el aeropuerto de Málaga es una de las decenas de peticiones a los Reyes Magos que formula en su genial articulo de hoy Pablo Bujalance. Hoteles, bares, restaurantes, chiringuitos, agencias de viajes, empresas de alquiler de coches... La industria del turismo que se ha desmoronado. Y nos habíamos olvidado de los vendedores de recuerdos: los souvenir.