
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Tiempos de rebelión
La ciudad y los días
El 4 de julio de 1776 se firmó la Declaración de Independencia de Estados Unidos. El 14 de julio de 1789 se tomó la Bastilla, inicio simbólico de la Revolución Francesa. El 5 de julio de 1811 se firmó el Acta de Independencia de Venezuela. El 9 de julio de 1816 se firmó la Declaración de las Provincias Unidas en Sudamérica que daría lugar a la República Argentina. El 15 de julio de 1821 Perú declaró su independencia de la corona española. El 27, 28 y 29 de julio de 1830 –les Trois Glorieuses– se produjo la revolución liberal-burguesa francesa que depuso a Carlos X y entronizó a Luis Felipe I. El 21 de julio de 1831 se proclamó a Leopoldo I primer rey de los belgas tras la revolución de 1830 contra los Países Bajos. El 1 de julio de 1867 el Acta Constitucional proclamó la independencia de la Confederación de Canadá de la corona británica. El 31 de julio de 1932 el partido nacionalsocialista fue el más votado; pese a no obtener la mayoría necesaria para gobernar, logró convertirse en la primera fuerza política de Alemania. El 18 de julio de 1936 se produjo el fallido golpe de estado contra la Segunda República que dio lugar a nuestra Guerra Civil.
Aunque se le relacione con el relajado inicio de los turnos vacacionales de la mayoría, es un mes revoltoso este que hoy empieza. Pleno de días nacionales de países que celebran su nacimiento moderno en forma de independencia o de revoluciones que decapitan reyes o los entronizan. Rico en el inicio de dictaduras que darán lugar a guerras o de guerras que instaurarán dictaduras. Cada mes, como cada día, tiene su afán en la tormentosa historia humana. Pero julio es especialmente rico en eventos que iniciaron o cambiaron radicalmente la historia moderna de muchas naciones que celebran a lo largo de él su origen.
De larga memoria entre nosotros fue el 18 de julio, Fiesta Nacional desde 1938 hasta que en 1977 lo suprimió Suárez. Por su influencia mundial los más destacados son el 4 de julio americano y el 14 de julio francés. Dos revoluciones que cambiarían a largo plazo o casi de inmediato la historia del mundo. En esta España recalentada climatológicamente por la ola de calor y políticamente por los escándalos de corrupción, julio se estrena con Cerdán en la cárcel en plena cumbre sevillana. ¡Ay, revoltoso julio!
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