El enigma de Cassá, el asturiano

No es Francisco de la Torre un dirigente que cultive el cariño de los votos ajenos cuando los necesita para amarrar proyectos

Juan Cassá vuelve. El edil no adscrito o tránsfuga, según convenga en cada momento, es una continúa caja de sorpresas. Dio un portazo a Ciudadanos. Denunció que su caravana salió ardiendo horas antes de partir de vacaciones. También aseguró que recibía amenazas en su móvil y se investiga a un ex compañero de partido. Ahora anuncia que será la voz de Por Mi Pueblo en Diputación. Y es sus ratos libres, se dedica en las comisiones del Ayuntamiento de Málaga a votar con la oposición para tumbar las propuestas del equipo de Francisco de la Torre al que hasta ahora respaldaba.

Por Mi Pueblo, la nueva formación a la que se apunta Cassá, es un partido de ámbito local creado por Abdeslam Lucena, alcalde de Benamocarra. Un andalucista que se pasó al PP que luego le abandonó a causa de una condena judicial. Mal asunto los resentimientos en platos fríos. Es difícil presagiar cuál será el objetivo real de Lucena al mecer la cuna de Cassá. Desde luego conseguir algún diputado provincial en las elecciones de 2023 que pueda ser determinante para decidir quién gobernará la entidad. Aunque dudo que el elegido despierte pasiones entre los votantes. Todos buscan los espacios que dejará la formación de Inés Arrimadas en las próximas convocatorias electorales.

De momento, la nueva voz de Por mi Pueblo es la misma que la del gobierno de Diputación, donde ejerce también como delegado de Relaciones Institucionales del organismo. Un tránsfuga muy bien aprovechado. Por los dos últimos cargos oficiales cobra un sueldo de más de 73.000 euros brutos. El presidente Francisco Salado no se da por aludido.

Cassá es fundamental para la estabilidad de la Casona del Parque. En las últimas semanas ha saltado por los aires. Sin su voto, Francisco de la Torre carece de mayoría. Y, como Pulgarcito,últimamente le deja un rastro de noes para que no se pierda si quiere buscarlo. Hace tiempo que quienes le observan lo ven ensimismado en los plenos del Ayuntamiento. Casi sin levantar la vista de su móvil. Y se temían alguna reacción de un hombre al que tachan de impulsivo.

No es el alcalde un dirigente que cultive el cariño de los votos ajenos para amarrar sus proyectos. Da por supuesto los apoyos. Y Cassá ya salió muy escarmentado y ninguneado de los primeros cuatro años de colaboración. El enigma se mantiene. ¿Qué ha pasado para este abrupto cambio de timón? ¿Ha incumplido el PP las promesas que le pudo hacer en su día para garantizarse su respaldo? Algunos ya no temen caerse del caballo: "Ha mercantilizado la política", resume un concejal popular. Y en crónicas periodísticas ahora se refleja insistentemente su origen asturiano, como si su comportamiento fuera impropio del sur.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios