Un fiasco "impecable"

Más de 60.000 personas se presentaron a la oferta de 140 plazas. Había elecciones y no interesaba contar la verdad

Una gestión "impoluta" e "impecable", zanjaba en febrero de hace tres años el alcalde de Málaga en la sesión final de la comisión de investigación abierta para analizar el fiasco de Art Natura. Ni con los conjuros de Harry Potter podríamos llegar a ese grado de distorsión de la realidad.

El museo de las gemas o de las joyas se gestó en 2006, gracias a los consejos de cobro de un ex secretario de Estado de Cultura. La colección de piedras preciosas permaneció expuesta cinco años en Valencia y Francisco de la Torre aceptó traérsela a Málaga. En su mente ya bullía la ciudad de los museos. Un cuadro o un diamante. Algo que mostrar y, sobre todo, anunciar en víspera de las municipales de 2007. La chistera de los magos a golpe de talonario. 31 millones, como factura final.

Había que rehabilitar Tabacalera. Inmueble adquirido para reunificar en su día todos los organismos municipales. Pero nadie advirtió que los edificios sufrían un defecto estructural. De los 19 millones presupuestados, el sobrecoste se situó en 24. Y cuatro años de retraso en la obra para un centro cultural que debía abrir en 2008.

Como admitió el entonces jefe de gabinete del Ayuntamiento de Málaga, Javier Ferrer, nadie en el Consistorio conoció con certeza qué se expondría en Málaga. ¿Para qué un estudio de viabilidad si es la voluntad del regidor? El acuerdo con el propietario no contemplaba una penalización por incumplimiento de contrato. Eso sí, el Ayuntamiento abonaba más de 1 millones de euros anuales por las joyas. 5,6 millones hasta 2010, cuando De la Torre decidió detener la sangría porque el museo ya era una quimera. Por esa fecha, al promotor de Art Natura, harto de los retrasos y con otros objetivos, tampoco le interesaba ya el negocio. Y el municipio pensaba en el Polo Digital.

Eso sí, se abría la convocatoria de las 140 plazas para trabajar en el proyecto fantasma. 60.000 personas se apuntaron. Pero con las elecciones de 2011 no era cuestión de contar la verdad y sufrir el castigo de esos miles de frustrados aspirantes. Las dos partes se reprocharon el fracaso. El promotor privado Fulgencio Alcaraz fue más allá al ver intereses en el dinero de más de la obra y dijo que él había pagado facturas en beneficio político del alcalde y del PP. Querella al canto que algo queda.

Al final un contencioso judicial con 31 tomos de expedientes y 20.000 folios. Y un fallo hace unos días. Las dos partes son responsables del desaguisado. Art Natura no tiene que devolver el canon recibido de 5,6 millones sino que se le debe compensar por los daños con otros 1,8 millones por daños. Bravo. El museo abrió un día dos horas como rechifla. La Policía lo cerró. "Impoluta" e "impecable". Si se acepta, la RAE debe ampliar las acepciones.

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