Club Dumas

salvador Merino

El pájaro Dodo

Afinales del siglo XVII existía un ave en la zona del océano Índico, tan peculiar y cándida, que su comportamiento le llevó a la extinción. Fueron su confianza plena en los seres humanos, su incapacidad para volar y su, al parecer, pésimo sabor algunos de los factores que le guiaron al ostracismo y a la desaparición. El propio término Dodo indica holgazán o tonto, lo que ya anticipaba su triste destino.

Tras las dos jornadas de intentos de investidura, que ya suman cuatro en lo que va de año, parece que nada ha cambiado. Sin embargo, si lo vemos con la suficiente altura de miras que no tenía nuestro querido Dodo, hay muchos aspectos que están modificando nuestro comportamiento hacia la política. Por ejemplo, la sensación de una escasez argumental creciente. Cuando en un concurso de mises se le hace la típica pregunta de ¿cuál es su mayor deseo? Y contestan "la paz del mundo" o "que nadie pase hambre" todos nos reímos porque es difícil ser más básico ya que, salvo neurosis, difícilmente alguien no pueda desear esto. Y ahora llegamos al Parlamento y encontramos discursos del tipo "quiero que todo el mundo tenga trabajo", "deseamos que la gente pueda vivir dignamente", etcétera. ¿No se dan cuenta de que nadie duda que todo político desea esos principios tan grandilocuentes?¿O acaso piensan que acaban de descubrir la piedra filosofal? Lo que realmente nos apetece escuchar es su aplicación práctica y cómo pretenden gobernar para llegar a esos fines, es decir, cuánto nos va a costar y quién lo va a pagar. Porque de lo contrario todas estas soflamas son palabras vacías para oídos convencidos, pero insuficientes para atraer al resto de la ciudadanía.

Otra característica de la política actual es la capacidad para achacar a otros lo que uno prefiere callar en sus propios partidos. El ser porfiados e insolentes en exceso lleva al efecto boomerang, donde los ciudadanos nos planteamos quién ha sido históricamente más corrupto, qué sistemas políticos han llevado a la ruina a más países, qué está ocurriendo en los municipios donde cada uno gobierna, es decir, hacemos un análisis político más profundo a la hora de votar de lo que algunos desearían. Por tanto, señorías, aléjense de sus seguridades, apuesten por los que les prestamos el voto y tengan principios como el del historiador romano Tito Livio: "Generalmente ganamos la confianza de aquéllos en quienes ponemos la nuestra".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios