No sabemos lo que queremos

Ha llegado el momento de que nuestro país pase a ser un productor nato de renovables

Durante los últimos meses hemos podido leer como algunas de nuestras autoridades eran reacias a la idea de permitir nuevas instalaciones de plantas fotovoltaicas en la provincia. Pero mientras que el número de ciudadanos que pueden hacer dichas instalaciones para autoconsumo, junto con los que les gustaría hacerlas, aumenta sin límites, los responsables parecen estar esperando que se cree una nueva forma de energía milagrosa. Desde luego va siendo hora de que se bajen de las nubes y observen a su alrededor: somos ricos en horas de sol y esa es, hoy por hoy, nuestra mejor opción.

Es interesante que, en cualquier debate técnico sobre las fuentes de energía, alguno siempre salga con la coletilla de que la solución es la fusión nuclear. Aunque las investigaciones internacionales que se están haciendo en el ITER van en este sentido hay un pequeño escollo: tenemos que reproducir en la Tierra la temperatura cercana a diez veces la del Sol. Por tanto, pasará un cierto tiempo hasta que este tipo de energía sea comercializable, especialmente ante los riesgos de seguridad que debe superar, y mientras tenemos que seguir trabajando en lo que ya es conocido y está desarrollado. De ahí que los países del norte de Europa, puestos siempre como ejemplo de sociedades modélicas y ecológicas, a la hora de ejecutar las sanciones a los suministros energéticos rusos, hayan optado por incrementar la extracción de petróleo y gas del Mar del Norte. Es evidente que resolver una situación como la actual, elevando el nivel de uso de fuentes no renovables e incrementando la contaminación, parece la peor de las soluciones, pero ese es el resultado del cortoplacismo de nuestros dirigentes.

Por todo ello ha llegado el momento de que nuestro país pase a ser un productor nato de renovables. Es el lugar con más horas de sol de toda Europa y donde se encuentran más superficies no agrícolas con posibilidad de explotación energética. Si hoy no aprovechamos esta situación nuestra dependencia de suministros será constante y, por tanto, el nivel de los salarios y pensiones dependerán siempre de los costes de las exportaciones de electricidad, petróleo o gas, provengan de las fuentes que provengan. Como bien nos dice la escritora Mayte Esteban: "Las oportunidades, lo bueno de la vida, hay que perseguirlo cuando llega. Si dejamos que escape, tal vez nunca más se presenten frente a nuestros ojos".

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