El tercer problema

Sólo el paro y la educación están por delante de la sanidad entre las preocupaciones de los malagueños, según un sondeo

El CIS andaluz de invierno, el Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), que elabora un organismo dependiente de la Universidad de Granada, sitúa como el tercer problema de los malagueños la sanidad. En este caso, no sé si es antes el huevo o la gallina. Si la preocupación asciende al gran pódium negativo de los ciudadanos por las continuas informaciones que publicamos sobre las deficientes infraestructuras de salud y los recortes o simplemente porque es consecuencia directa del malestar general de los usuarios ante la atención que reciben. El medio o el mensaje.

Sólo el paro y la educación están por delante. Tres asuntos en los que las competencias del Gobierno andaluz son evidentes y que sirven para medir el grado de conformidad con la gestión de la Junta en Málaga. Con un trabajo de 600 encuestas telefónicas tampoco se puede encumbrar a verdad absoluta el resultado. Pero es que en todos los casos coincide la realidad con la percepción. Andalucía cabalga a lomos del paro, con porcentajes de desocupados muy superiores a otras comunidades. Y aunque la consejera sospeche de una mano negra que selecciona para los informes educativos los centros escolares de barrios deprimidos, el problema es que hay muchos en donde elegir.

El Egopa también sitúa al PP de Málaga como primer partido en intención directa de voto en las autonómicas, con dos puntos de ventaja sobre los socialistas, que se incrementan a seis si la simulación corresponde a unas elecciones generales. El PSOE en esta provincia, como en Cádiz y Almería, tiene un problema más agudizado que en el resto de Andalucía, donde este partido continúa como primera fuerza política.

A estas alturas, a falta de pocos meses para que se atraviese el ecuador de los mandatos de los ayuntamientos, las alcaldías en Marbella, Vélez, Torremolinos, Benalmádena, Ronda, Rincón y Nerja, por citar las ciudades más importantes, no se traducen hasta el momento en el impulso definitivo para la recuperación de la imagen de marca. El PP sí logró rentabilizar políticamente para el partido la actuación de sus alcaldes. Aunque en la mayoría de las ocasiones después de triunfos con mayoría absoluta.

Ahora el mapa municipal ha deparado un complejo conglomerado de formaciones con alianzas de conveniencia, vigilancia extrema y muchas dosis de desconfianza. "La nueva política se parece a la vieja; es igual de conflictiva", aseguraba en este periódico Manuel Arias Maldonado, profesor de Ciencia Política de la UMA. Siete mociones de censura en 21 meses avalan su tesis. La política, tras la corrupción, es el quinto problema.

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