Juan Carlos / Cilveti / Puche /

Un yate para reyes

La mar de historias

HACE unos días, atracaba en el muelle número dos el yate Leander g. Mostrando una imagen clásica nada parecida a la de los grandes barcos privados que estamos acostumbrados a ver, el Leander g., que navega bajo la bandera de Bermudas, esconde una historia estrechamente ligada con la realeza del Reino Unido.

Construido en los astilleros alemanes Peene Werf entre 1990 y 1992, y estructurados sus interiores por uno de los más reputados estudios de diseño dedicados a los grandes yates de lujo, este barco, antes de ser botado era adquirido por el vicealmirante inglés Donald Gosling; un millonario filántropo que decidía bautizarlo con el nombre del primer buque de guerra en el que había servido en 1944. Con 75 metros de eslora y 1.930 toneladas de registro bruto, este yate que está tripulado por 24 personas y puede embarcar a un máximo de 22 pasajeros repartidos en 10 suites, además de ser usado por su propietario puede ser alquilado por 490.000 dólares semanales; una cantidad que convierte al Leander g. en uno de los más caros yates privados del mundo.

Quizás por esta circunstancia, y con el añadido de que el yate real Britannia dejaba de ser usado por los miembros de la casa real inglesa en 1997, el Leander g. se convirtió en una alternativa para estos viajes regios. Tras ser usado por la duquesa de Cornualles en unas vacaciones por el Mediterráneo en 2007, al año siguiente, Carlos de Inglaterra realizaba en este yate un viaje oficial por el Caribe.

Después de estos dos embarques, el propietario del Leander g. ofrecía de forma gratuita su barco a la reina Isabel II para que durante cinco meses navegara alrededor de las islas británicas para celebrar los sesenta años de su coronación.

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