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Isabelita, la primera conductora en Fuengirola, a sus 91 años: "Ahora me paran para aplaudirme"

Isabelita, la primera conductora en Fuengirola Isabelita, la primera conductora en Fuengirola

Isabelita, la primera conductora en Fuengirola

Escrito por

· Celina Clavijo

Redactora

"Me siento en el coche y soy más que feliz que nadie". Isabel Gómez -Isabelita, para los suyos- presume de ser la primera mujer que cogió un volante en Fuengirola. Hace ya más de 60 años, pero nunca se ha visto implicada en un solo accidente. Cuando sople 92 velas, el próximo 24 de agosto, tendrá que someterse, de nuevo, al examen de conducir con el reto de demostrar que sigue preparada para viajar en su BMW, el quinto coche que ya ha pasado por sus manos.

No recuerda el precio de ese primer carné, que no superaría "las 15 o 20 pesetas". Con carreteras todavía sin asfaltar y el paseo marítimo a la espera de ser trazado, comenzó haciendo uso de su vehículo, el clásico Renault 7, como empresaria, primero para "llevar leche en polvo" y, más tarde, trajes de gitana que entonces vendía. Durante este medio siglo ha viajado al volante hasta Lisboa "con las amigas a comer", a Sevilla, Ávila, Madrid o Segovia. "Conducir para mí lo es todo", confiesa. 

La afición por la conducción le viene de su padre, taxista, que sin embargo corrió peor suerte al perder la vida en un accidente de tráfico ocurrido cerca de Marbella "cuando era muy joven". "En mi casa solo he visto coches. Mi madre me decía: "¿Cómo no te vas a traer el carné a la primera si te has criado bajándote de uno y otro?", recuerda. Y no se equivocaba. Esa joven veinteañera aprobó, con comodidad, en los años 60. No tuvo el mismo éxito otro aspirante, que ese mismo día había pinchado, recuerda Isabelita. Por octava vez. "Me preguntó que cómo es que se lo había traído una mujer y yo le contesté que sí, que había aprobado y que qué pasaba. Aquello se me quedó grabado", apostilla esta nonagenaria.

A esta pionera de la conducción en Fuengirola no le pilló eso de conducir solo por la izquierda, una de las primeras normas, que perduró en España hasta 1926. "Siempre voy por la derecha", recalca haciendo un guiño a su ideología política, aunque, subraya, "respeta y habla con todos". "Fui concejala del PP. Le dije a la alcaldesa que me pusiera de las últimas, que ya no estaba para excesos, pero la ayudé muchísimo", sostiene.

El 17 de septiembre de 1900, la regente María Cristina aprobó el reglamento que obligaba a la obtención de un permiso para conducir en España. Casi 70 años después,  Isabelita, "con unos veintitantos", sin saberlo, abría un camino hacia la igualdad al ser la primera en sacarse el permiso de conducir en la tierra que la había visto nacer. 

Es soltera pero, dice, con tono jocoso, tiene "edad para haberse quedado viuda ya tres veces". No recuerda haber necesitado, como antaño, una autorización paternal o marital para examinarse. "Es una persona adelantada a su tiempo, una mujer valiente y generosa", manifestaba la alcaldesa, Ana Mula, durante el pleno del Ayuntamiento en su sesión ordinaria del mes de marzo, cuando se aprobó una moción institucional para felicitarla públicamente por su labor solidaria. También la Diócesis de Málaga le concedió la Medalla Pro-Ecclesia Malacitana, a través de su Obispo, monseñor Catalá Ibáñez.

Isabelita, junto a Ana Mula, en el inicio de la campaña electoral Isabelita, junto a Ana Mula, en el inicio de la campaña electoral

Isabelita, junto a Ana Mula, en el inicio de la campaña electoral

En sus inicios, puso su coche "al servicio de todo aquel que lo necesitaba". Colaboró "con distintos médicos de la época, como enfermera o practicante, en muchas ocasiones. También desarrolló, en palabras de la regidora, "una extraordinaria labor como maestra, catequista, taxista y acompañante de tantas personas que la necesitaban". Y hasta llevó una imagen de la Virgen del Rosario a los Boliches. "Fue una de mis primeras pasajeras", relataba Isabelita en una entrevista publicada por el Obispado de Málaga.

"Tengo la vista muy bien y me echan unos 60 o 70 años"

Aunque considera que siempre ha habido "locos conduciendo", ahora evita salir a carretera y guarda especial cuidado con los patinetes eléctricos. Vive en el centro de Fuengirola. Para ella conducir "lo es todo" y, de hecho, su único temor es que Tráfico le imponga alguna limitación para renovar, en dos meses, el carné. Si el aprobado dependiera exclusivamente de su buena visión, su oculista considera que ya lo tendría asegurado: "Dígale de mi parte al examinador que se le puede dar por 5 años más", espetó en la última revisiónSolo usa gafas para leer. "Tengo la vista muy bien y me echan unos 60 o 70 años. Yo, de momento, sigo con mi BMW, que tiene ya 20", advierte.

Ser mujer y acercarse al siglo de vida, no le ha supuesto ningún conflicto, tampoco, en la carretera. "Antes, Fuengirola, con 5.000 habitantes, era un pueblo; ahora es una ciudad. Aquí me conoce todo el mundo. Muchas veces incluso me paran para aplaudirme.", argumenta. Pero sin mofa. Porque, asegura, nunca ha tenido que pagar el peaje de verse expuesta a burlas. Y ni que lo intenten.

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