Despoblación

El Perol, el proyecto de vida de una intérprete y un periodista que decidieron regresar a su tierra

Arturo y Alba a la entrada de su pequeño obrador con algunas de sus conservas. Arturo y Alba a la entrada de su pequeño obrador con algunas de sus conservas.

Arturo y Alba a la entrada de su pequeño obrador con algunas de sus conservas. / Javier Flores (Ronda)

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· Javier Flores

Alba y Arturo, dos jóvenes de Arriate y Ronda, poco podían imaginar que el destino les tenía deparado un futuro juntos emprendiendo para crear su propio obrador de conservas vegetales artesanales. Un proyecto que arrancaron el pasado mes de agosto y en el que tienen depositadas muchas esperanzas para su futuro. "Es complicado, pero queremos que además de nuestra forma de vida sea nuestro medio para ganarnos la vida", señala Alba mientras termina de preparar el embotado de una crema de calabaza.

Ella traductora, él periodista. Ambos emprendieron caminos diferentes y ejercieron sus profesiones en diferentes ámbitos tras terminar sus estudios dejando atrás Serranía y siguiendo así el mismo camino de ida que toman muchos jóvenes de la comarca y que no suele tener billete de vuelta en la mayoría de los casos. Un periodo de su vida del que no se arrepienten en absoluto y del que se sienten orgullosos. Eso sí, tras pasar años fuera de casa regresaron a sus municipios de origen y sus vidas se cruzaron. Primero como pareja y, posteriormente , como compañeros de proyecto musical y ahora en El Perol.

Alba había tenido contacto desde pequeña en su casa con la huerta, las conservas y la cocina, ya que sus padres regentaron un restaurante en el que hoy se instala su obrador al que califican entre risas como "el más pequeño del mundo". Tan solo tienen 11,90 metros cuadrados. Eso sí, llenos a rebosar de ilusiones por un proyecto que va más allá de ser un industria conservera que no recurre a conservantes y que lo primero que tiene a la vista es un perol en el que realizan sus elaboraciones. Ellos también aplican en su actividad empresarial su propia filosofía de vida con una apuesta por los pequeños agricultores de la zona y unos precios justos para comprarles sus productos. Además, también tienen su propia huerta de la que nutrirse de verduras para sus elaboraciones.

El perol es una de sus herramientas fundamentales de trabajo. El perol es una de sus herramientas fundamentales de trabajo.

El perol es una de sus herramientas fundamentales de trabajo. / Javier Flores (Ronda)

Eso sí, antes de poner en marcha su pequeño obrador les tocó formarse para aprender a realizar conservas de forma segura más allá de las técnicas que se utilizaban en el pasado. "Aquí hay mucha ciencia", dice Alba, que recuerda que ahora cuentan con termómetros específicos o peachímetros para realizar las mediciones necesarias y asegurarse de que el proceso se realizó de forma correcta y segura para los futuros consumidores si necesidad de cocinar en exceso un producto. "Ahora ya sabemos el tiempo que deben estar a una determinada temperatura y en función del PH de cada producto", explica Arturo. Y es que el tratamiento térmico de vacío es la forma que utilizan para garantizar una larda vida de sus elaboraciones que permiten comer producto de temporada en cualquier momento del año.

Para ello recurrieron a la sede del IFAPA situada en Palma del Río (Córdoba) que está especializada en este tipo de procesos. Una formación que les sirvió la poder lanzarse a una aventura de la que ahora se sienten muy orgullosos y que creen que puede aportar su pequeño granito de arena a la zona rural en la que se ubica. En concreto, en la pedanía rondeña de Los Prados, una pequeña población que no alcanza los 500 habitantes.

Entre sus productos se mezclan recetas tan tradicionales como un sofrito, tomate frito o el pisto con otras como la crema de pimiento y almendra, hummus, paté de berenjena con albahaca o crema de membrillo, entre otras elaboraciones. Y es que también buscan darle una nueva vida a productos como este último que prácticamente han sido desechados por el mercado. "Un una forma de apro

Trabajo artesanal con aplicación de los conocimientos científicos actuales. Trabajo artesanal con aplicación de los conocimientos científicos actuales.

Trabajo artesanal con aplicación de los conocimientos científicos actuales. / Javier Flores (Ronda)

Para ello han realizado una búsqueda de recetas antiguas y otras a las que han dado un pequeño giro y otras que son propias para buscar atender la demanda de consumidores que apuestan cada día más por el consumo de vegetales y frutas.

Pero no solo elaboran sus propios productos, también han puesto en marcha la realización de maquilas por encargo, por lo que cualquier persona que tenga su propio huerto puede transformar su producción y así tener conservas sin necesidad de utilizar sistemas de refrigeración. "La fecha recomendada de consumo son dos años", señalan.

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