El calor no parece haber sido un impedimento para que los viajeros regresen a Ronda este verano con un notable incremento de las visitas a la ciudad en las últimas semanas. De hecho, según los datos facilitados por el delegado municipal de Turismo del Ayuntamiento de Ronda, Ángel Martínez, los hoteles de mayor capacidad de la ciudad están registrando una media de ocupación del 70% entre semana y llegan a ocupar la totalidad de sus habitaciones los fines de semana.

Un incremento de turistas que también se está viendo reflejado en las visitas a la propia oficina municipal de turismo. En las últimas semanas la cifra de personas que pasan por la misma no para de crecer. En concreto, hace tres semanas fueron 3.500 las personas que pasaron por la misma solicitando información para conocer la ciudad, mientras que la pasada semana ese dato llegó a las 4.500 personas.

Unas cifras que también tienen su reflejo en las propias calles de la ciudad, donde se han podido volver a ver imágenes como la presencia de importantes grupos en los principales miradores de la ciudad o las aceras del Puente Nuevo repletas de visitantes. También los alrededores de los principales monumentos se han vuelto a llenar y recuerda a imágenes del pasado. Eso sí, sin rastro de los numerosos turistas de origen asiático que tan característicos eran en cualquier imagen de la ciudad del Tajo. De momento tan solo se aprecian algunos de visita individual, nada comparable con los grandes grupos que llegaban de forma continuada a la ciudad.

También en los restaurantes se nota la mayor afluencia y en algunos de ellos llegan a formarse colas para tomarse un simple cerveza.

“Estamos teniendo unas semanas muy buenas, incluso hay momentos que los clientes tienen que esperar que se quede una mesa libre”, explica Maripaz, propietaria de una restaurante situado en el centro de la ciudad. Eso sí, reconoce que también cuentan con una menor capacidad de la habitual debido a las restricciones sanitarias que existen en estos momentos debido a la situación de la pandemia.

“Hay días que es desbordante, en especial, por las mañanas”, dice Tomás Mayo, responsable del restaurante Pedro Romero. Aunque él también añade sus dudas de cara a la finalización del verano. “Esperemos que quede algo para después de agosto, ahora está todo saturado por todas partes”, señaló.

Mientras tanto, en aquellos locales que aparecen especialmente recomendados en las guías turísticas o gastronómicas es prácticamente imposible comer sin una reserva previa.

Es el caso del chef Benito Gómez, que cuenta en el centro de la ciudad con su bar más informal, Tragatá, y el biestrellado Michelín, Bardal. “Se nota muchísimo el incremento de visitantes, tanto que desafortunadamente no podemos atender muchas de las peticiones de reservas que nos llegan. Yo no había visto tanta gente en agosto en Ronda en mi vida”.