Semana Santa

Recogimiento y esplendor

Una noche llena de respeto y devoción. Así se vivió el Viernes Santo en Torremolinos con la esperada procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores. La procesión partió de la parroquia Madre del Buen Consejo en el centro de la localidad con la con la Cruz Guía a la cabeza acompañada por dos faroles y cuatro nazarenos, a los que le seguía la sección de nazarenos del Cristo con túnica y capirotes rojos, mientras que los de la Virgen llevaban un equipo de color negro. Un total de 80 hombres de trono portaron la imagen del Nazareno, mientras que la Virgen de los Dolores fue llevada por 90 hermanos de la Cofradía. El recorrido estuvo salpicado por saetas de cantaores aficionados y profesionales.

Mijas también se llenó de sentir religioso. En Mijas pueblo la primera procesión salió de la parroquia de la Inmaculada Concepción a las 16:30, momento en el que comenzó su estación la Hermandad del Santísimo Cristo de la Paz, María Santísima de la Soledad y San Juan Evangelista. Una vez acabados los oficios, y desde el mismo templo, partió el solemne desfile de la Cofradía del Santo Entierro. En esta ocasión, y debido a la amenaza de lluvia, el cortejo no llegó al Barrio de Santana, por lo que la imagen de Jesús ya difunto recorrió al entorno de calle Málaga. En el núcleo de Las Lagunas posesionó la Hermandad de Jesús Vivo y Nuestra Señora de la Paz desde la iglesia de San Manuel. Y ya en la costa, en La Cala, tanto el Cristo Crucificado como María Santísima de Los Dolores se encargaron de llenar de sentimiento y fervor religioso las calles de este barrio marinero. En Benalmádena se vivió un Viernes Santo por todo lo alto. Desde la Casa de Hermandad de la Redención, situada en calle Parra, comenzaron su estación de penitencias las imágenes del Cristo de la Redención y María Santísima de los Dolores, mientras que en el pueblo, a las 19:00, procesionaron el Cristo Yacente y María Santísima de las Lágrimas desde los Jardines del Muro.

El momento más emotivo de la jornada, y sin duda el más especial, tuvo lugar a medianoche, cuando la Virgen de la Soledad recorrió las calles del pueblo acompañada de un silencio absoluto y de la oscuridad, pues como es tradición las luces de las calles se apagaron en señal de luto y respeto. Y ya en Fuengirola tres procesiones distintas llenaron las calles del municipio de sentir religioso. A las 20:15 el Santísimo Cristo Yacente de la Paz, el Santísimo Cristo de la Caridad y María Santísima del Amor y la Soledad partieron de su Casa de Hermandad. Apenas 15 minutos después comenzó su estación de penitencia Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de los Dolores, mientras que la Señora de la Soledad arrancó su recorrido, llevada por mujeres, desde calle Córdoba. En esta ocasión se estrenaba la Cruz Guía de la Caridad, la cual ha sido donada por los hermanos Rivera Roca.

Dos hermandades salieron en procesión el viernes en Marbella. A la 1:00 partió la Hermandad del Santo Sepulcro, que traslado a Cristo yacente, tallado en 1997, en la procesión llamada del silencio. Ocho portadores de riguroso luto portaron el catafalco por el casco antiguo de la localidad. Después se celebró el Besamanos y el duelo de Nuestra señora del Mayor Dolor. A las 21:30, la misma cofradía transportó el trono que rendía culto al Cristo yacente. Sesenta y cinco hombres de trono, 50 mantillas y cien nazarenos formaron el cortejo. La banda de la Legión amenizó el recorrido. Media después partió la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad. El trono, cuyo autor se desconoce, fue construido con plata meneses en Madrid en 1916. Fue plateado de nuevo en 1957 y 2005 en la localidad cordobesa de Lucena. La imagen fue transportada por 50 hombres de trono, a los que siguieron 50 mantillas y 300 nazarenos. La comitiva partió de la iglesia de la Encarnación, una de las más importantes de Marbella. Gran parte del itinerario discurrió por el casco antiguo de la localidad.

Con algún tiempo de margen para esquivar las previsiones meteorológicas más desfavorables, las hermandades veleñas salieron a realizar su estación de penitencia. La jornada la abrió desde San Juan el Cristo de los Vigías. Paso solemne que enmudece al público que se concentra en las inmediaciones de la Plaza de la Constitución. Este año ha recuperado el cuerpo de camareras que precedieron al Cristo ataviadas de mantillas. Desde San Francisco, Jesús espera ser Descendido acompañado de la Caridad. Lento transcurrir por el centro histórico. La cadencia del paso va dejando en cada esquina estampas para el recuerdo. Este año además regalarán a la ciudad, y a su Cristo dos marchas nuevas, Sueño de Esperanza de Jorge Águila y La Cruz Mis Pecados de José García Pérez. La Cofradía del Cristo de Mar estrenó una nueva saya para su Virgen de Las Penas. Además, la titular mariana lució un nuevo pañuelo donado por una institución. Fue la Cofradía de las Angustias la que trajo el estreno más esperado del Viernes Santo. La restauración del trono de la Virgen en el taller de Carlos Monserrate. Se han llevado también trabajos de repintes y suciedad. Cuando ya está a punto la madrugada, salió la Cofradía oficial de la Ciudad de Vélez-Málaga. El Sepulcro de Sánchez Mesa se despidió en su urna de cristal de quienes le esperaban en las calles del centro histórico. Detrás su madre, la Virgen de la Soledad, a quien dar el pésame.

El Viernes Santo antequerano comenzó de forma brillante y terminó arruinado por el agua, que sorprendió a las tres cofradías que realizaron sus salidas en mitad del recorrido. Por la tarde, las cofradías de 'Abajo' y 'Arriba', como popularmente se les conoce por los antequeranos, iniciaron sus estaciones de penitencia dejando bellas estampas en las calles próximas a la Alcazaba. Ya en pleno centro de la ciudad, la lluvia hacía acto de presencia y obligaba a sacar los plásticos y acelerar el encierro. La Paz y Socorro regresaron a sus templos acelerando el caminar de sus hermanos. Por su parte, el Santo Entierro también retó a la lluvia, aunque muy pronto el agua también le obligada a recurrir a los plásticos para cubrir sus tronos y regresar bajo un aguacero que llegó a ser intenso en algunos momentos.

Cara y cruz para las hermandades rondeñas que desfilaron ayer. Por la mañana la Hermandad de las Angustias acertó al decidir procesionar y acortar su recorrido ante las previsiones de lluvia y llegó a su templo en torno a una hora antes de lo previsto, justo en el momento en que empezó a llover. En cambio, la Hermandad del Santo Entierro arriesgó también apostando por hacer su estación de penitencia, pero en este caso un breve pero intenso aguacero obligó a dar la vuelta a la comitiva a los pocos minutos de su salida del barrio de San Francisco. La tercera hermandad protagonista en el día de ayer, la Soledad, también permaneció pendiente del cielo hasta última hora, cuando, al igual que las dos anteriores, decidió salir a las calles aprovechando un respiro de la meteorología. La junta de gobierno también decidió acortar el recorrido en unas dos horas.

En Alhaurín de la Torre el Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de la Soledad volvieron a teñir de verde el municipio.

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