Sociedad

Las chicas de Cuenca pudieron morir asfixiadas y Marina tenía un golpe en la cabeza

  • Los primeros datos de la autopsia confirman que ambas murieron de forma violenta. Marina llamó a Laura para que la acompañara a casa de su presunto asesino porque otra amiga no pudo hacerlo.

Una de las jóvenes asesinadas en Cuenca, en concreto Marina Okarynska, la ex novia del principal sospechoso del doble crimen, Sergio Morate, tenía un golpe en la cabeza y tanto ella como su amiga Laura del Hoyo pudieron morir por asfixia, según han informado fuentes de la investigación. Las fuentes consultadas han explicado que de momento no ha trascendido la forma en la que el supuesto asesino las asfixió y que, en cualquier caso, habrá que esperar los pruebas adicionales a la autopsia para confirmar la causa exacta del fallecimiento que, de todos modos, es violenta.

Según las mismas fuentes, las chicas pudieron ser asesinadas el mismo día de su desaparición, el jueves de la semana pasada, cuando acudieron a la casa de Morate para recoger algunos efectos que Marina tenía aún allí. El estado de descomposición de los cuerpos, hallados el pasado miércoles por un ciclista en la zona del nacimiento del río Huécar, muy cercano a la localidad conquense de Palomera, es uno de los signos que avala esa hipótesis.

Asimismo, la acción de la cal, que el supuesto autor del doble crimen había comprado días antes, también ha influido en el notable estado de descomposición de los cadáveres, que estaban semienterrados y que presentaban signos de quemaduras provocados por ese producto. Morate pudo huir ese mismo día en su vehículo, que fue avistado en Valladolid y detectado también por algunas cámaras de los pasos fronterizos. En concreto, la Policía tiene claro que salió de España por Portbou (Girona). Pese a que Morate tenía todo planificado y calculado para no dejar rastros, los investigadores creen que cometió un fallo en esas precauciones que había tomado y, aunque ni utilizó tarjetas ni el teléfono desde el jueves pasado, al llegar a Rumanía encendió su móvil y la señal pudo ser captada.

Marina llamó a Laura para que la acompañara porque otra amiga no pudo hacerlo

Marina Okarynska llamó a otra amiga para que la acompañara a casa de su ex novio, Sergio Morate, antes de pedírselo a Laura, con la que finalmente acudió a encontrarse con su presunto asesino. Así lo han indicado fuentes del entorno de las amigas de las dos chicas asesinadas, que han destacado el carácter alegre y extravertido de las dos chicas.

Tanto las amigas como otras personas que la conocían han comentado que Laura del Hoyo era una chica alegre y muy trabajadora, que se había ganado la vida trabajando como dependienta en tiendas y en comercios y cuya aspiración era ser peluquera profesional. Estas cualidades también se las atribuyen sus conocidos a Marina Okarinska, de origen ucraniano, que llegó a Cuenca hace diez años y era conocida por haber trabajado en varios establecimientos hosteleros, como la pastelería Ruiz, situada en la calle Carretería, la principal vía del centro de la ciudad, o El Secreto de la Catedral, un popular restaurante del casco histórico.

Las dos jóvenes asesinadas eran amigas desde hace años y de hecho, hace dos semanas, Marina fue a Xirivella (Valencia), donde ha estado viviendo un tiempo Laura, para pasar unos días con su amiga. De esa visita son las fotos que aparecían en su perfil de las redes sociales y que han sido utilizadas para los carteles que se han distribuido mientras han sido buscadas, después de que desaparecieran el jueves de la pasada semana.

Ese día, las dos fueron a buscar unas cosas de Marina a casa de su ex novio, ya que la pareja había roto la relación hace cinco meses. Tras matar supuestamente a las dos jóvenes, Morate enterró los cuerpos en el paraje del nacimiento del río Huécar, en el término municipal de Palomera, un pueblecito situado en las cercanías de Cuenca donde la familia del presunto asesino tiene una casa. Vecinos de Palomera han comentado que Sergio ha pasado mucho tiempo en el pueblo, sobre todo cuando era un niño, porque vivía allí una de sus abuelas. Estos vecinos han calificado a la familia del presunto asesino como "unas personas extraordinarias", una apreciación en la que coinciden muchos conquenses, donde hay bastante conocimiento mutuo entre las personas al ser una ciudad pequeña. Los vecinos de Palomera señalan que Sergio era un niño inquieto, pero aseguran que nunca hubieran pensado que podía llegar a cometer una atrocidad como ésta.

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