Sociedad

Sodano pide a Dios que haya "pronto" un nuevo Pontífice

  • La homilía del presidente del colegio cardenalicio expresa un deseo extendido entre la curia.

La liturgia romana, madre de todas las liturgias, vivió una jornada de plenitud con la celebración de la misa Pro eligendo romano Pontifice. Cánticos, latines, incienso, mitras, despliegue de platería... El cardenal Sodano, que preside el colegio cardenalicio pero que no entra en la Capilla Sixtina al ser mayor de 80 años, pronunció una homilía muy esperada por ser la última orientación pública que reciben los electores antes de encerrarse en el cónclave. Se da por hecho que esta homilía, pronunciada en 2005 por Ratzinger, fue clave para que el alemán fuera elegido después de que estaba muy retrasado en las quinielas. Sodano expresó un deseo que guarda relación con las previsiones (y deseos) de que haya un cónclave breve: "Quiera pronto el Señor conceder otro buen pastor a su Santa Iglesia". El decano de los cardenales se dirigió en todo momento de pie a los purpurados y fieles que abarrotaban la basílica, pues la cátedra de San Pedro no le corresponde. Sigue vacía en su sentido literal. La homilía estuvo trufada de citas a San Agustín, San Pablo, San Juan, el profeta Isaías y San Ignacio de Antioquía. Y, por supuesto, incluyó palabras de afecto y reconocimiento al Papa emérito, al que nombró siempre como si aún siguiera en ejercicio: "Queremos agradecerle a Cristo la amorosa asistencia que siempre reserva a su santa Iglesia y en particular el luminoso pontificado que nos ha concedido con la vida y las obras del 265º sucesor de Pedro, el amado y venerado pontífice Benedicto XVI, al cual en este momento renovamos toda nuestra gratitud". En este preciso instante, los cardenales y todos los fieles asistentes aplaudieron con intensidad las palabras de Sodano, quien pareció inspirarse en Ratzinger cuando en esta eucaristía de hace casi ocho años agradeció la labor de Juan Pablo II de forma reiterada. El actual decano del colegio cardenalicio citó de nuevo al Papa germano al recordar su reciente mensaje de cuaresma acerca del ejercicio de caridad que supone practicar la nueva evangelización, que será precisamente uno de los grandes retos del nuevo obispo de Roma.

La Sala Stampa ofreció la homilía en seis idiomas por el siguiente orden: italiano, francés, alemán, español y portugués. Sodano pronunció un discurso con tres grandes ejes: el mensaje del amor, el mensaje de la unidad y la misión del futuro pontífice. Sus palabras sobre la unidad se interpretaron rápidamente en el contexto de los escándalos que han sacudido a la curia romana en el tramo final del Pontificado de Ratzinger. Se apoyó en la Carta a los Efesios: "San Pablo nos enseña que todos nosotros tenemos que colaborar para edificar la unidad de la Iglesia, ya que para realizarla es necesaria la colaboración de cada articulación, según la energía propia de cada miembro. Todos nosotros somos llamados a cooperar con el sucesor de Pedro, fundamento visible de la unidad eclesial". Sodano recalcó, por si había dudas, que el mensaje de San Pablo aboga siempre por una  "fuerte llamada a la unidad eclesial" y por la necesidad de que los sacerdotes se comporten con una  "dignidad" acorde con su vocación: "Con mansedumbre y paciencia, soportándose recíprocamente con amor, tratando de conservar la unidad del espíritu a través del vínculo de la paz". Unas palabras que no pocos explicaron en una coyuntura de división en la curia romana, donde habría dos corrientes fuertemente marcadas: la del propio Sodano, que no se olvide que fue secretario de Estado con Juan Pablo II, y la del actual camarlengo, cardenal Bertone, que ha ejercido de ministro principal con Ratzinger.

Al igual que la mayoría de los cardenales en sus últimas misas en la intimidad antes de encerrarse en la Sixtina, Sodano trazó su perfil del Papa que necesita la actual Iglesia Católica. Se apoyó en San Juan para destacar cuáles deben ser sus cualidades: "La actitud fundamental de los pastores de la Iglesia es el amor. Es aquel amor que nos empuja a ofrecer la misma vida por los hermanos. Nadie tiene un amor más grande que el que da la vida por los propios amigos. La actitud fundamental de cada buen pastor es dar la vida por sus ovejas. Esto vale sobre todo para el sucesor de Pedro, pastor de la Iglesia universal. Porque cuanto más alto y más universal es el oficio pastoral, tanto más grande tiene que ser la caridad del pastor".

En el tramo final de homilía, el decano de los cardenales recordó que los últimos pontífices han sido "artífices de de muchas iniciativas benéficas hacia los pueblos y la comunidad internacional, promoviendo sin cesar la justicia y la paz". Por este motivo, instó a orar para que el futuro Papa pueda continuar en la misma senda. Al borde del rezo del Ángelus, los cardenales se marcharon con solemnidad a sus habitaciones de la residencia de Santa Marta a esperar la primera sesión a puerta cerrada.

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