Sociedad

Los rebrotes imponen el encierro en grandes zonas de Cataluña y Galicia

Un niño con un patinete en Lérida.

Un niño con un patinete en Lérida. / EFE

España disfruta de la nueva normalidad, una vez levantado el estado de alarma, sin quitar la vista del norte. Los temidos rebrotes han hecho su aparición y el obligado confinamiento ha vuelto a escena. Los 210.000 habitantes de la comarca leridana del Segrià y los 70.000 de A Mariña, en la costa norte de Lugo, no podrán abandonar sus respectivas zonas a causa del incremento de contagios de Covid-19, cuando se cumplen dos semanas del término del estado de alarma, desactivado el pasado 20 de junio. En ambos focos de contagio, tanto en Cataluña como en Galicia, comenzaron a detectarse positivos el pasado 23 de abril.

Ahora, los centros sanitarios de Lérida suman ya 49 pacientes hospitalizados por coronavirus, seis de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Arnau de Vilanova de Lérida. En el Hospital Arnau de Vilanova, que es el centro de referencia de la comarca del Segrià y sus alrededores, son 33 los pacientes ingresados que han dado positivo, seis de ellos en la UCI.

Otros 16 pacientes con coronavirus han sido desviados a clínicas privadas de la ciudad ilerdense: siete de ellos al HLA Perpetuo Socorro y nueve al Vithas Salut Lleida. Los 49 ingresos corresponden a personas que hasta ahora han dado positivo en las pruebas de detección del coronavirus, aunque se está siguiendo la evolución de otros casos sospechosos detectados en la comarca del Segrià, confinada desde el sábado por el aumento de contagios de los últimos días. Ante la previsión de que los contagios puedan seguir en aumento, el viernes se instalaron unas carpas junto al Hospital Arnau de Vilanova para habilitarlas como sala de espera de urgencias.

La Generalitat creó ayer un gabinete de seguimiento que evaluará a diario la evolución de los brotes en el Segrià, coordinará las actuaciones sobre el terreno y mantendrá informados a los alcaldes de la comarca, tras decretarse su confinamiento. Lo presidirá el delegado del Govern en Lérida, Ramon Farré, y contará con la participación de los servicios territoriales del Govern, han informado fuentes de la Presidencia de la Generalitat. Así se acordó en la comisión de coordinación reunida por la tarde presidida por el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y en la que también han participado el vicepresidente, Pere Aragonès, y los consellers Meritxell Budó, Miquel Buch, Alba Vergés, Chakir El Homrani y Teresa Jordà. Durante la reunión, se compartieron los datos de última hora y se acordó "trabajar con la máxima colaboración con el mundo local". Además de la reducción de la movilidad por el confinamiento perimetral en el Segrià, en la reunión se abundó en la importancia de mantener las medidas de distanciamiento social, el uso de la mascarilla y la higiene de manos. Entretanto, algunos alcaldes del Baix Segrià, como la alcaldesa de Aitona, Rosa Pujol, criticaron la decisión de confinar toda la comarca. En una reunión telemática con la directora territorial del departamento de Salud en Lérida, expresaron su disconformidad porque "quizá no es la decisión adecuada, puesto que hubiera sido mejor un confinamiento en nuestra zona y de la ciudad de Lérida".

Pujol resaltó que desde el 16 de marzo los alcaldes de la zona insistían en que se tenía que hacer un protocolo para agricultores y centrales de fruta, porque "sabemos la realidad que tenemos en nuestros municipios", donde la población llega a triplicarse en verano. A su juicio, muchos de los que llegan para trabajar en la fruta son "de una cultura muy diferente y explicar el tema de la pandemia y las medidas sanitarias es muy complicado". Mientras tanto, en Galicia, la Xunta ordenó el cierre durante cinco días de los accesos a la zona costera de A Mariña (Lugo), que tiene 99 casos activos y cuyos 70.000 habitantes volverán al confinamiento.

El incremento de casos por el brote detectado en A Mariña, que se ha convertido en el principal foco de la comunidad gallega, llevó a la Xunta a tomar la decisión de controlar los flujos y reducir aforos, entre otras medidas, con el objetivo de proteger a la población de esta zona turística. La medida, que podría prorrogarse por encima de los cinco días de confinamiento en función de cómo evolucione la situación, llega justo una semana antes de las elecciones autonómicas. El consejero de Sanidad, Jesús Vázquez Almuiña, ya ha anunciado que los positivos no podrán ejercer su derecho al voto. Los "contactos" de estos positivos sí podrán acudir al colegio, depositar la papeleta y acto seguido regresar a sus domicilios para seguir con la cuarentena.

Las autoridades gallegas advirtieron a los ciudadanos que no tengan residencia en A Mariña que, si no se marchaban antes de la medianoche pasada, tendrán que esperar cinco días para hacerlo. La mayor parte de los casos registrados hasta ahora en la comarca lucense son leves o asintomáticos y la edad media es de 35 años -la mayoría tienen 20- y "con una respuesta inmunitaria muy buena", según el consejero.

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