Siete fechas no dan lugar a reposadas conclusiones, pero sí dibujan algunas tendencias cuando menos llamativas. Una de ellas bailan en torno a la figura de Ray McCallum. Con más o menos justicia, el rendimiento del americano está siendo mirado con lupa en este inicio. Su pretemporada trazó un escenario irreal y el base está pagando los peajes de un ecosistema desconocido. Sea como fuere, con el paso de las jornadas su productividad está yendo al alza.

Cuenta en su haber el de Detroit con una curiosa estadística. De los 54 puntos anotados en Liga Endesa, 22 han sido en el último cuarto. La dinámica en Euroliga se repite de forma idéntica. De los 20 convertidos, 19 fueron en los 10 minutos finales. Calculadora en mano, de los 74 totales, 41 tuvieron lugar pasado el tercer cuarto.

Que McCallum genere el 55% de sus canasta en los minutos finales deja muchas lecturas a ambos lados de la línea. Viendo la realidad desde el prisma negativo, resulta obvio que le cuesta engancharse al ritmo de los partidos para producir puntos. Aún anda en ese lógico proceso de saber qué necesita el partido. De momento, leer el choque desde el banquillo de primeras solo le ha servido ante el Real Madrid, donde comenzó a sumar más temprano.

Teniendo en cuenta que Alberto Díaz no está tan certero aún como el curso pasado, en momentos puede ser un problema anotador en el uno. A poco que McCallum empiece a producir al comienzo de los choques, entre otros muchos puntos de mejora del grupo, el Unicaja lo notará de forma considerable. En el lado positivo, conviene apuntar que el americano se está consagrando como uno de los estiletes para cuando el crono aprieta. Hay que poner los asteriscos de la precipitación en algunas acciones, el partido ante el Olympiacos es buen ejemplo de ello, pero su valentía cuando la bola quema puede ser un buen filón.

El choque de El Pireo también es buena toma para solucionar su arrojo para encumbrar al equipo. Ante el Fenerbahce anotó seis puntos primordiales para subirse al lomo de los de Obradovic, en Fuenlabrada ayudó a no descolgarse antes de tiempo y en Atenas hizo más de lo mismo. Es evidente que no bastará para ser competitivo en el futuro, pero si se le suman más efectivos el factor puede resultar desequilibrante y efectivo.

Su juego ha sufrido un repunte en la última semana. Si algo o alguien sale reforzado de los dos últimos choques es McCallum. Firmó números notables y su participación tuvo impacto positivo en el equipo. Como nota mejorable, la mayoría de los puntos que obtiene es porque los genera a sistema roto. Le falta aún ese punto de cocción para anotar como producto de una buena circulación colectiva. Este punto y su lectura en algunos momentos son aspectos con margen de avance. Por lo visto, el techo aún se atisba lejano.