Unicaja

La sexta semifinal europea para el Unicaja

Marcus Brown y Trajan Langdon, en las semifinales de la Final Four 2007 de Atenas

Marcus Brown y Trajan Langdon, en las semifinales de la Final Four 2007 de Atenas / M. H.

El Unicaja cumplió con firmeza ante el Promitheas Patras. Serie resuelta por la vía rápida que permitirá jugar la sexta semifinal en una competición europea, la segunda seguida en BCL. Antes llegó ese en la Copa Korac (99/00 y 00/01), una en Euroliga (06/07) una más en la Eurocup (16/17) y esa Final Four errada en Málaga del pasado curso. Dos veces se ganó el título, una vez más se llegó a la final y otras dos se cayó en ese instancia.

Camino que ha sido sólido esta temporada en BCL. Ya desde una Fase de Grupos que no demandó excesivos esfuerzos, pese a ese 4-2 global, derrotas que llegaron en Le Mans y en Atenas con Peristeri, la segunda ya con el equipo clasificado para el Round of 16. En dicha fase, un dominio insultante de su grupo, el único equipo de la competición que sumó un inmaculado 6-0, dando muestras de superioridad. Ni los franceses Cholet y Estrasburgo, tampoco el Tofas Bursa, pusieron excesivos problemas. Y mínimos el Promitheas, una serie donde ya se proyectaba ese favoritismo nada más salir el sorteo en Ginebra. El equipo griego fue el último obstáculo hacia esa Final Four de Belgrado (26 al 28 de abril), en el Stark Arena, escenario ilustre, pabellón más gigantesco de Europa y una ciudad que suda baloncesto por sus poros. Allí viajará el Unicaja a por ese título, que es un especial deseo en Los Guindos.

Las primeras semifinales fueron en la Copa Korac de la temporada 1999/00, cuando se derrotó en doble partido al Estudiantes (85-72 en la ida en Málaga y 53-47 en Madrid en la vuelta), lo que permitió jugar el duelo final ante el Limoges, en el que se cayó. Al año siguiente se volvió a llegar a la misma instancia y se volvió a ganar al Ricoh Astronauts (46-59 en Amsterdam y 86-55 en Málaga) para después tumbar al Hemofarm y ganar el primer título de la historia del club.

A partir de ahí llegó la consolidación en la Euroliga, con 16 temporadas consecutivas en la mejor competición del continente. Ello elevó la dificultad y sólo una vez se estuvo en las semifinales. Fue en aquella mágica Final Four de Atenas. Ahí el equipo malagueño llegó tras una inolvidable eliminatoria ante el Barça y el triple de Pepe Sánchez. Se perdería en el OAKA tras una gran lección de coraje con el CSKA (62-51) antes de ganarle al Tau (78-76) el partido por el tercer puesto.

Y la penúltima semifinal europea jugada fue en 2016/17, preámbulo del título de la Eurocup. Tras haber ganado (1-2) al Bayern en cuartos de final, se liquidó en dos partidos, siempre con el factor cancha adverso, al Lokomotiv Kuban (0-2) tras dos grandes partidos en Krasnodar y Málaga. Después llegaría el tercer partido en La Fonteta para levantar el que era el cuarto título de la historia del club y segundo europeo. Se escapó una buena oportunidad el año pasado en Málaga, con esa Final Four de BCL que terminó en pesadilla. Pero que ha supuesto un acicate para esta temporada, con un vestuario que no olvida esa derrota con el Telekom Bonn (67-69), donde en un día horrible se tuvo triple para ganar, en manos de Perry. Sería tocar plata más de catorce meses después. En Badalona llegó el quinto título. El sexto está a dos partidos. Y hacerlo en Belgrado tendría su encanto.

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