Unicaja

El terremoto Will Barton

  • La nueva estrella del Covirán Granada se estrenará ante el Unicaja, debut que tiene revolucionada a la ciudad nazarí en los últimos días

  • "Hay que estar con las orejas tiesas", avisa Ibon Navarro

  • Pablo Pin, en la previa

  • Una inversión con Lima

Will Barton, a su llegada a Granada

Will Barton, a su llegada a Granada / Covirán Granada

Como un semidiós ha llegado Will Barton (Baltimore, 1991) a Granada, fichaje grandioso a la par de osado, pero que da prestigio al club nazarí. Todo un terremoto desde que llegó hace unos días, para levantar el ánimo después de la salida traumática de Joe Thomasson, líder de un proyecto atrevido, que consiguió la permanencia la temporada pasada en ACB, y donde se echó el resto el pasado verano. Thomasson se fue al Tel-Aviv, el peaje de esos fichajes fuera de tu alcance, con cláusula de salida Euroliga asequible, y ahora llega Barton, con 679 partidos en la NBA, más otros 29 en play offs. Es un jugador controlado por el aficionado asiduo al baloncesto, temporadas en Denver a grandísimo nivel, forjando el gen ganador para esos Nuggets campeones del pasado curso, ya sin Barton, pero formó parte de ese proceso, consagrado en varias de sus siete temporadas (2015-2022) como un sexto hombre brillante, de los mejores de la Liga. Ahora será el Unicaja al que calibre al estadounidense, mismo origen que Will Thomas, además de tocayo. Y hay también dudas de cuál será su estado, con 33 años, y una cuerda que debería ser amplia. Pero es un nombre de tal lustre que paradójicamente más difícil es anticipar su rendimiento, por su inactividad, adaptación y el aceptar que ya no está en esa órbita NBA. Hay demasiadas variables. Pero Granada está movilizada, lógico. Y no hay nada que perder.

Formado en la Universidad de Memphis, sus comienzos en la NBA fueron en Portland, dos temporadas, para luego adentrarse en el recorrido de unos Nuggets donde dejó huella. En la NBA está bien pagado ese jugador exterior sólido, con buenas piernas, inteligente y que pueda anotar 15 puntos por partido, que rozó en varios de esos años. La mejor fue la 17/18, con 15.6 por partido, en una NBA aún en metamorfosis hasta llegar al estilo actual, donde una mano que no es tan brillante, aunque la media de su carrera NBA es de un 35.5%. 12 temporadas en total, la última en Washington y Toronto. 4.5 puntos y 13.6 minutos por partido en la franquicia canadiense, y una rueda que le dejaba de lado. Meses esperando una propuesta que no llegaría. A finales de enero, se hacía oficial su fichaje por el CSKA de Moscú, pero ni siquiera llegaría a debutar al no pasar las pruebas médicas, lo que aumenta la incertidumbre en Granada. No obstante, aunque su rendimiento sea mínimo, más los revulsivos de Jacob Wiley, que ha caído de pie, o Elias Valtonen, pues ya debería ser un buen extra para el equipo de Pablo Pin, que ahora deberá gestionar el ego y encontrar el hambre de un jugador que acumula cerca de un año sin competir.  "Le falta ritmo y adaptarse un poco a la forma de jugar y de defender. Los espacios y la agresividad son diferentes, es otro baloncesto respecto a lo que él está acostumbrado. Tiene buena disposición en los entrenamientos y le hace falta jugar y acostumbrarse a la dinámica de Europa", decía el técnico del Covirán en la previa. El club está moviendo ese debut en redes sociales durante toda la semana, así que jugará, la duda será con qué peso.

Ibon Navarro también se refería a esa novedad de Will Barton. "No sabemos cómo va a influir a nivel de ataque o defensa. Es otro jugador más con capacidad ofensiva, otro más. Tienen muchísimos. No es Joe Thomasson. Es un jugador completamente diferente. Pero también creo que los jugadores que llegan aquí, tienen que pasar una etapa de adaptarse al juego, al arbitraje, a muchas cosas. Veremos si es capaz de hacerlo pronto; de todo el contenido ofensivo que tiene Granada, en cuánto se va a meter él, lo que Pablo haya decidido orientarle. Vamos a ir a ciegas con él. Conocemos al jugador, pero no sabemos qué encaje va a tener en la plantilla. Estar preparados. Saber que es un jugador con mucha calidad, como muchos de sus compañeros, y estar con las orejas tiesas", no podía ser rotundo el entrenador del Unicaja ante la falta de información. Peligro más a vigilar y un gran atractivo para el partido. 

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