El Unicaja afrontaba un verano clave para su futuro, con una profunda reestructuración y muchas decisiones de gran calado que tomar. Una de las más importantes ya está tomada. El Consejo de Administración, que se reunió este viernes ya con sus nuevos miembros, decidió que el equipo malagueño abandonará la Eurocup y desde la próxima temporada jugará la Champions League de la FIBA. Un torneo que está en auge y que tiene buenas recompensas económicas, pero que supone una pérdida clara de estatus en el panorama continental y que, por ende, es de facto una renuncia a competir con los mejores de Europa. 

La Eurocup, de la que Jordi Bertomeu se encargó de zanjar los rumores sobre una posible disolución semanas atrás, había puesto sobre la mesa un contrato de tres años al equipo malagueño. En la segunda competición se van a producir cambios y se querían asegurar la presencia cajista. No será así puesto que se ha dado un paso histórico. 20 años después se abandonará el universo Euroliga, donde se estuvo durante más de 15 entre los 16 mejores y se llegó incluso a jugar una Final Four en Atenas. "Asimismo, y una vez analizada la actual situación atendiendo a criterios económicos, estratégicos y deportivos, el Consejo de Administración del Club Baloncesto Málaga ha decidido por unanimidad su participación en la Basketball Champions League para las próximas tres temporadas", decía el comunicado del Unicaja. 

Se une así el Unicaja a una Champions League que está en auge. Es algo que había madurado en el pasado, pero nunca con la firmeza de ahora. Tanto que dio el paso. Firmará un contrato similar a anteriores clubes que ya hicieron este camino. La FEB, con Jorge Garbajosa al frente, también ha jugado un papel importante para este trasvase. No hay que olvidar que puede ser la institución más importante que hizo este cambio drástico y que apostó por la competición de la FIBA. Su trayectoria europea, con el título de la Eurocup en 2017 y su currículum en la élite, así lo dice. Ahora toca afrontar un panorama que tiene diferencias notables. 

Deportivamente, aunque en esta temporada se redujeron las diferencias de manera coyuntural, la pérdida de nivel es muy evidente. Seguramente sea el prisma desde el que es más difícil de explicar esta decisión. Habrá que escuchar las razones del club de Los Guindos. Pero queda claro que es un reconocimiento explícito de la nueva realidad y un episodio más, por contundente que sea, de la cuesta abajo en la que se baja desde hace un tiempo. Económicamente puede tener más ventajas, pero únicamente si sales campeón. La Eurocup en la fase regular reparte 20.000 euros; 50.000 si llega al Top 16; 90.000 si es cuartofinalista; 150.000 si llega a semifinales; 275.000 si sale subcampeón y 450.000 euros si llegara a salir campeón. Las asignaciones económicas de la BCL son algo superiores. Concede 40.000 euros a los 16 clubes que no pasan de fase regular; quedarse en dieciseisavos son 80.000; 120.000 para los cuartofinalistas; el cuarto recibe 140.000; el tercero 200.000; el subcampeón 400.000 y el campeón de la BCL un millón de euros.

Una decisión histórica que se ha tomado en un Consejo de Administración donde había caras nuevas. Además de Sergio Corral (probablemente nuevo presidente), Isabel Fernández Machuca, Juan José Navarro Fernández y Fernando Ríos Cañadas, se estrenaron en la cúpula Marta Bravo Carmona, Antonio López Expósito, Rafael Fernández Díaz y Antonio Jesús López Nieto. Ellos apostaron decididamente por la Champions League. Ya daba alguna pista en días anteriores López Nieto, que con alta probabilidad será el máximo dirigente en los próximos meses. "Lo que sí creo, que a veces el tema que conozco que es el de la Euroliga, creo que hay mas literatura que realidad. Ahí están los números, y la mayoría de los equipos que participan en la Euroliga son financiados por equipos de fútbol o con financiaciones bastante opacas, no por gente que genera el dinero en el deporte", decía el malagueño. Desde hoy, una nueva realidad para el Unicaja.