Como sucede en otras disciplinas deportivas en Málaga, el talento que germina en las canteras de colegios o clubes de base no se ve trasladado a un equipo de referencia a nivel nacional. Acontece en el balonmano femenino malagueño, que puede presumir de jugadores internacionales, mundialistas y olímpicas, pero que carece desde hace años de un equipo en la División de Honor femenina. El que con más ahínco lo ha intentado es el Costa del Sol, este año con el patrocinio de Asisa. A principios de siglo estuvo varias temporadas en la élite, pero el ascenso más tarde se ha hecho de rogar, a veces con una crueldad extrema en el último partido de la fase de ascenso.

El Asisa intenta desde hoy dar ese paso definitivo para el regreso a la máxima categoría. Lo tiene en su mano, compite en Valencia hasta el domingo por una de las dos plazas que dan ese billete. Se llevan arrastrados resultados de la temporada regular y de la primera vuelta de esta liguilla, disputada en Valladolid hace dos semanas, donde las opciones sufrieron un impulso importante.

La situación es la siguiente. El Asisa ocupa la cuarta posición a sólo dos puntos de los dos líderes (Mecalia y Zuazo, con nueve) y empatado con Castelldefels, con siete. Como quiera que debe jugar con las dos primeras clasificadas, las chicas del Costa del Sol dependen de sí mismas. Mecalia (hoy, 17:00), Zuazo (mañana, 16:00) y Aula Cultural (domingo, 10:00) es el calendario que espera a las pupilas de Diego Carrasco. "Llegamos con bastantes ganas, son tres partidos importantes, sobre todo el primero, que creo que va a decidir la evolución del campeonato. Al Mecalia habría que ganarle por cuatro goles de diferencia, perdimos 28-25 en el primero. para dar un golpe de autoridad. Al Zuazo ya le ganamos por uno, así que el average lo tenemos", explica Carrasco, que afrontaba con sus chicas tras el entrenamiento vespertino de ayer un largo viaje en bus que les dejaría en Valencia a las 8:00 de la mañana. Tiempo para domir un rato en la cama, comer e irse para el pabellón. Servidumbres de un equipo modesto en presupuesto pero "con ganas, entero, con mucha ilusión. Tenemos el impulso de las jóvenes y la experiencia de las veteranas. Queremos salir como en Valladolid, a tope con nuestra defensa y portera para salir al contraataque".

Carrasco señala que antes de viajar a Valladolid, el Asisa era el equipo que partía con menos puntos. "Perdimos el primer partido y fue un palo muy grande, pero nos recuperamos porque ningún equipo lo ganó todo. Está todo muy comprimido. En Valladolid vimos mucha igualdad y altibajos", relata el técnico, que recuerda que el equipo pasó una racha mala entre "finales de enero y febrero, de 10 puntos sacamos uno. El equipo perdió confianza, pero ha demostrado que empuja en los momentos difíciles. Cuando nos vimos fuera ganamos, así que vamos a pelear. Recuperamos a Estefanía Méndez y Leticia Guerrero, que no estuvieron en Valladolid. Son dos primeras líneas que nos darán más rotaciones, más salida de contraataque", remata Diego Carrasco, que quiere regresar con sus chicas a la élite. Falta el último impulso.