Se acerca el 13 de marzo, así que hay que echar un vistazo diario a la enfermería. Tanto a los que llegan como los que van saliendo. Julio Baptista, Eliseu y Portillo tienen ahora el foco sobre sus cabezas. Los dos primeros protagonizaron ayer las buenas noticias. Ambos abandonaron el gimnasio para de nuevo ejercitarse sobre el terreno de juego. Aunque aparte, dando síntomas de clara mejoría.

Más llamativo es el caso del veloz extremo, quien en los últimos días no terminaba de dar ese paso decisivo. Se puso a trabajar a las órdenes del recuperador físico, Hugo Camarero, al igual que Baptista. El plan pasa por que su buena evolución le lleve en los próximos días a incorporarse gradualmente al trabajo en equipo. Descartado para la cita de mañana, todos los esfuerzos se concentran en que tenga el alta para el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions.

Ese trayecto se prevé más corto para la Bestia. A pesar de la alarma inicial que se creó cuando se retiró del entrenamiento hace nueve días tras sufrir un pinchazo en el bíceps femoral de su pierna derecha, incluso del diagnóstico de dos o tres semanas que se le daba de baja, su microrrotura ha ido por los cauces lógicos de cualquier futbolista sin su historial. No es descartable que el lunes ya sea uno más en el grupo y, por tanto, sus opciones de entrar en la convocatoria contra el Oporto sigan intactas. "Muy contento de poder entrenar y no sentir ninguna molestia, ya queda menos...", escribió en su Twitter el brasileño.

Quien tampoco irá a Valladolid será Portillo. Más que nada por precaución. Unas pruebas ayer confirmaron su contractura en el isquiotibial derecho. El reposo determinará si está o no recuperado para le miércoles.

En el Oporto no entraron en la convocatoria para jugar hoy contra el Estoril ni Mangala ni Moutinho. El luso estará seguro contra el Málaga el miércoles; más dudas hay con respecto al central.