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Érase una vez la Copa

  • El Unicaja inicia su tercera edición en Málaga ante un rival con el que perdió sus últimos cuatro partidos Preludios de día grande en el Martín Carpena, listo para un evento sin par

Joan Plaza intenta revestir el momento de un aura de normalidad. Los jugadores del Unicaja pernoctan hoy en su casa, no en el Tryp Guadalmar, centro neurálgico de la Copa. Donde duermen los equipos, donde circulan los agentes pensando en junio, donde esperan las familias, donde curiosean los aficionados. Pero no es un momento normal.

El Unicaja pisa hoy la Copa del Rey, de la que no disfrutó en tres de las últimas cuatro ediciones. Es el caviar del baloncesto patrio, ese dulce de satisfacción instantánea, como definía con precisión Pepe Sánchez, la mágica mano izquierda del fabuloso equipo campeón en Zaragoza 2005. El Unicaja intenta salir de ese socavón en la lineal ascensión desde los 90 hasta la cima. De aquella primera Copa de la campaña 88/89 que jugó, todavía con la Caja de Ronda en el pecho, ese inolvidable quinteto Ramiro-Blanco-Arlauckas-Vecina-Brown a las órdenes de Mario Pesquera hasta la final perdida en Madrid con Aíto pasando por los devaneos con dos semifinales con Maljkovic y el certero tiro de Scariolo en Zaragoza.

Posteriormente vino el vistazo al abismo, el temido tobogán después de la gloria que cuesta tanto digerir. Plaza, que publicó un libro y tiene en camino el segundo, se sienta hoy en el escritorio a relatar la historia en clave verde. Se habla de maldiciones, de barrera no superada. Es un habitual recurso periodístico. Pero en la última Copa en Málaga, en 2007, había un puñado de jugadores en la plantilla que quizá no sabían colocar Málaga en el mapa. Así que su capacidad para abstraerse a la tensión o presión que se genera en la ciudad puede ser un punto a favor.

Las remozadas tablas del Carpena han visto campeonar sólo al Barcelona, con Pau Gasol. Soñar con el título para este Unicaja es eso, territorio onírico. Lo real es el CAI Zaragoza, el equipo ante el que ha perdido las últimas cuatro veces que jugó, la última hace poco más de un mes en el mismo escenario que hoy. La Copa, lo proclaman los protagonistas, es otra historia, 96 horas en las que se subasta éxito vertiginoso y el postre de un título.

El CAI entronca con una entidad que en su día fue pionera en el baloncesto español, la primera que quebró el tradicional eje de poder entre Cataluña y Madrid con un título de Copa en la temporada 83/84, 30 años ha, con una desaparición de varios años por medio. En su casa. Con el Tau en 2002, los dos únicos profetas en casa. Un equipo guerrero el zaragozano, semifinalista la pasada temporada de la ACB, sin demasiada presión tras asegurar en la última jornada el pase. Con los roles bien equilibrados, el poderío de su pareja de georgianos, Sanikidze y Shermadini. Con la sabiduría de Llompart, que hace dos temporadas no anduvo lejos de venir a Málaga, a los mandos. Con unidad y carácter, el suficiente para haberse consolidado en medio de una afición tremendamente exigente como es la zaragozana.

No será el Carpena habitual. El público estará dividido, habrá medio millar de aragoneses y unos 2.000 malagueños. Y público neutral que suele ponerse del lado del más débil, fobias aparte. Plaza ajusta el relevo del inafortunado Calloway con Vidal como base de recurso cabecero para que Granger repose. ¿Reducirá la rotación algo en la máxima exigencia el técnico catalán? Es una buena ocasión de comprobarlo.

La Copa 2014 empieza a escribir su historia desde este hoy a las 19:10 horas con el Real Madrid-Gran Canaria. El vencedor sería el rival del Unicaja el sábado en la semifinal si hoy se doblega al CAI. El cuento comienza a escribirse. Érase una vez la Copa de 2014...

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