Fútbol

La FIFA pregunta a Corea del Norte si hubo represalias contra su selección

  • El organismo busca quebrar el hermetismo norcoreano y pide directamente explicaciones sobre informaciones aparecidas en la prensa que hablan de castigos y humillaciones públicas.

Tras semanas de cuidadosas consultas y no pocas dudas, la FIFA decidió dar finalmente el paso de dirigirse directamente a la hermética Corea del Norte con la pregunta que todo el mundo del fútbol se hace: ¿hubo represalias contra la selección tras el Mundial de Sudáfrica 2010? "Se le envió una carta a la Federación de Fútbol de la República Democrática de Corea del Norte", dijo el ente rector del fútbol mundial, confirmando lo adelantado el miércoles por Joseph Blatter, presidente de la FIFA, en Singapur. La FIFA pide a la federación norcoreana precisiones "acerca de recientes informaciones en medios de prensa".

Corea del Norte terminó el Mundial de Sudáfrica 2010 con tres derrotas, 12 goles en contra y uno a favor para situarse última en el certamen, al que regresaba tras 44 años de ausencia. Radio Free Asia y el diario surcoreano Chosun Ilbo aseguraron a finales de julio que el 2 de ese mes los integrantes de la selección norcoreana eran sometidos a un castigo y humillación públicos. Según las fuentes, el Palacio de la Cultura del Pueblo, en Pyongyang, vio desfilar durante seis horas a los jugadores y a su entrenador, Kim Jong-hun.

Park Myung Chul, ministro de Deportes del país, estaba entre los asistentes a la catarsis pública. Los jugadores, según Radio Free Asia y el Chosun Ilbo, fueron inducidos a culpar a su entrenador por lo sucedido. El seleccionador nacional fue expulsado del Partido de los Trabajadores y reconvertido en obrero de la construcción tras ser acusado de "traicionar" a Kim Jong-un, hijo del líder norcoreano Kim Jong Il y su sucesor designado. Los servicios de inteligencia de Corea del Sur no pudieron confirmar las informaciones, y Mohammed Bin Hamman, presidente de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC), dijo esta semana haber hablado con cuatro jugadores norcoreanos que no informaron de malos tratos a la selección. "Quizás la investigación de la FIFA pueda aclarar esto", dijo Bin Hamman.

Desde que se conocieron las informaciones acerca de lo presuntamente sucedido en Pyongyang, la FIFA puso en movimiento su maquinaria. Fue la dirección de desarrollo y asociaciones miembro, encabezada por el suizo Thierry Regenas, la que hizo las primeras averiguaciones, valiéndose también de la ayuda de la AFC, de la que Corea del Norte es miembro. Tras analizar la escasa información obtenida, la FIFA dio un paso más al enviar el miércoles desde su secretaría general la carta a Pyongyang. La FIFA también está desconcertada por la información que recibió acerca de un congreso extraordinario de la federación norcoreana celebrado el 19 de junio, en pleno Mundial de Sudáfrica, y que instauró a un nuevo presidente. Dos días después de aquella elección el equipo norcoreano caería 7-0 ante Portugal, abriendo así el camino hacia una eliminación aplastante.

La historia de Corea del Norte demuestra que las represalias políticas tras tropiezos deportivos son una posibilidad en el menú del régimen estalinista que dirige con mano de hierro el país. En Inglaterra 66 los asiáticos sorprendieron al mundo con el gol de Pak Do Ik para un inesperado 1-0 ante Italia. Pak fue apodado desde entonces el dentista, por el dolor que le generó a los italianos. Con un 3-0 sobre Portugal en el minuto 24, las semifinales de aquel Mundial estaban al alcance de la mano para los norcoreanos. Pero entonces llegó Eusebio, marcó cuatro goles, su compañero Jose Augusto aportó otro, y Portugal se llevó un triunfo por 5-3.

Aquel tropiezo no fue perdonado por el querido líder Kim Il Sung, padre del actual jefe del régimen, Kim Jong Il. De eso puede dar fe Pak Seung-Jin, autor del empate 1-1 ante Chile en Inglaterra 66, el primer tanto de un equipo asiático en la historia de los Mundiales. Pak pasó años en lo que en Corea del Norte se conoce como Yoduk, un campo de concentración. El castigo por desperdiciar la ventaja ante Portugal fue duro: quienes estuvieron en aquella prisión dicen que para sobrevivir había que comer "cualquier cosa que se arrastre o vuele".

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