El equipo Ferrari mostró mejoras e intentó agradar a los aficionados italianos en la primeros tests del Gran Premio de Italia, en Monza, pero los coches de Mercedes volvieron a dominar la tabla de tiempos con los mejores registros en ambas sesiones de entrenamientos.

El primer contacto con el rápido trazado transalpino, el más veloz del Mundial con velocidades punta que superan los 350 kilómetros por hora, constó de dos sesiones lideradas por el alemán Nico Rosberg y luego por el británico Lewis Hamilton.

Ferrari buscó ofrecer mejoras en sus tiempos y agradar a los tiffosi locales incorporando mejoras en los motores de sus dos monoplazas, con lo que gastó sus últimos componentes permitidos en el caso del coche del tetracampeón mundial alemán Sebastian Vettel, que tendrá una sanción si rompe su motor de combustión interna, el turbo o la unidad MGU-H de aquí a final de temporada.

No obstante, el dominio de Mercedes siguió inquebrantable: Rosberg lideró la primera tanda con un tiempo de 1.22,959 minutos, más de un segundo de diferencia respecto al mejor Ferrari, el del finlandés Kimi Raikkonen, tercero. En la segunda, fue el líder del Mundial el que estableció el mejor registro con 1.22,801 y los neumáticos superblandos, que mejoraba en más de cuatro décimas a Vettel.

Por detrás del duelo Mercedes-Ferrari se abrió un amplio abanico en el que no sólo estuvieron los pilotos de Red Bull, con el holandés Max Verstappen como objeto de debate por sus controvertidas maniobras en Bélgica, sino también el mexicano Sergio Pérez con su Force India o el Williams del finlandés Valtteri Bottas. El equipo McLaren-Honda también mostró buena forma en el primer contacto con Monza, un circuito que teóricamente no le es favorable, pero Jenson Button fue undécimo y Fernando Alonso llegó hasta el séptimo lugar en la segunda ronda, que empezó con problemas mecánicos. "Sería una sorpresa si entramos en ella, incluso no sabemos si sería beneficioso o no, depende de cómo se comporten los (neumáticos) superblandos", dijo el asturiano.