A estas alturas se puede considerar que las terrazas de la ciudad malagueña son un termómetro del fervor con el que se está viviendo el triunfante paso de la selección española por el Mundial de Sudáfrica. Basta asomarse a cualquier edifico para comprobar cómo el rojo y el gualda son los colores de moda. Málaga se asoma hacia el que puede ser el mayor hito futbolístico de todos los tiempos porque no se lo quiere perder.

Es la contribución anímica y visual de los malagueños a más de 11.000 kilómetros de distancia hasta donde los pupilos de Vicente Del Bosque buscarán culminar un mes de alegrías consiguiendo el cetro mundial ante Holanda.

Algunas con la bandera nacional, otras con el clásico toro de Osborne que ha ayudado a los bazares más pillos a hacer una buena caja este verano, raro es el bloque de pisos que no aparece inundado de enseñas nacionales.

"Yo no tenía intención de ponerlas, pero mis nietos están muy ilusionados con el Mundial que está completando España, así que me acerqué a los chinos para comprar una bandera y ponerla en la terraza", cuenta Mercedes, vecina de Nueva Málaga. Otros incluso recurren a la superstición para justificar la bandera en la puerta de su casa. Es el caso de Manolo, un veleño que cada vez que España ha ido pasando de ronda ha izado su bandera un poco más. "Ya llegó a cinco metros contra Alemania y ayer [por el jueves] me tuve que subir al balcón para subirla porque las cañas no cedían más. Y seguro que la izaré más porque ganaremos a Holanda", vaticina. A buen seguro, seguirán viéndose unos días más.