Olimpismo l Vancouver 2010

La falta de medallas pasa factura a España

  • Ningún país sede obtuvo resultados tan pobres · Para 2022 hay dos candidaturas: Jaca-Zaragoza y Barcelona-Pirineos

La falta de éxitos deportivos en deportes de hielo y nieve podría jugar en contra de la candidatura de España para organizar los Juegos de invierno en 2022.

"Falta lo más importante: la tradición en deportes de invierno", aseguró a el esquiador de fondo Diego Ruiz, nacido en Jaca, que junto a Zaragoza se enfrentará internamente por el puesto de candidata a Barcelona-Pirineos. Pocos de los países sede en las últimas décadas eran 12 años antes de albergar los Juegos tan pobres en lo deportivo como España. Austria, Estados Unidos, Canadá, Noruega, Italia y Francia eran potencias. Sólo Japón y Yugoslavia obtuvieron resultados comparables a los de la España de hoy, y aun así eran mejores.

La suma de medallas histórica de cualquiera de esas naciones supera además claramente lo hecho por España, un país con sólo dos preseas olímpicas: oro de Francisco Fernández Ochoa en Sapporo 72 y bronce de su hermana Blanca en Albertville 92.

A diferencia de los dos últimos Juegos, España llegó a Vancouver 2010 casi sin esperanzas. En 2002, el fenómeno de la nacionalización del alemán Johann Mühlegg, estrella del esquí de fondo, relanzó la atención por la nieve . Mühlegg ganó, pero sus medallas fueron anuladas al descubrirse que competía dopado. En Turín 2006, María José Rienda, en su mejor estado de forma, llegó con posibilidades de triunfar en el slalom gigante. Es la esquiadora española con más triunfos en la Copa del Mundo, seis, pero a Vancouver, lastrada por las graves lesiones de las últimas temporadas, llega con un papel secundario.

La snowboarder Queralt Castellet, la gran esperanza de medalla en Canadá, tuvo una desgraciada caída antes de la final -a la que llegó con la tercera mejor puntuación-, por lo que se esfumó el eco mediático que podría haber situado en el mapa de los deportes blancos a España. "Tenemos poco peso a nivel internacional", señaló Diego Ruiz, que como casi todos sus compañeros del combinado nacional, cree que sólo la simple presentación de una candidatura serviría para promocionar los deportes de invierno.

Y en plena promoción está Ander Mirambell, que quiere llevar adelante su aventura con el skeleton, donde cree que, junto a Castellet, la posibilidad de medalla es mayor. "En esquí alpino es complicado, en snowboard tenemos a Queralt (Castellet) y el skeleton es una buena salida para que España crezca en deportes de hielo", dijo Mirambell, que añadió: "A nada que hagamos cuatro cosas bien hechas podemos estar muy arriba", afirmó tras ocupar el puesto 24 en su debut olímpico.

El Comité Olímpico Español (COE) se tendrá que decantar por aragoneses o catalanes, pero cualquiera de los dos tendrá el hándicap de la falta de éxitos deportivos españoles en la nieve y el hielo. Surge entonces la pregunta. ¿Una candidatura olímpica para relanzar el deporte blanco o un éxito en las pistas para tener oportunidad de organizar unos Juegos? "Siempre que se pueda hablar de deportes de invierno es bueno", dijo el snowboarder Jordi Font. "En España hay poca cultura de deportes de invierno, nos va a venir bien", agregó el catalán, que sentimentalmente se decanta por la candidatura de Barcelona. Mientras, Ruiz, por cercanía también, apuesta por Jaca y Zaragoza. "Estaría más cerca de la nieve, es una propuesta más compacta", aseguró.

Pero la mayoría de deportistas españoles en Vancouver prefiere no identificarse con ninguna sede ante el complicado reto olímpico, que se encuentra con mas dificultades. La candidatura invernal podría chocar con otra de Madrid para 2020, así como duros rivales como la surcoreana Pyeongchang o la alemana Múnich.

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