No es de las que sale peor parada, pero aun así el ajuste sigue siendo bastante duro. Si Cultura reduce su presupuesto un 20%, Obras Públicas un 19,3% y Medio Ambiente un 15,5%, la Consejería de Agricultura lo hace en un 14,1%: 961 millones de presupuesto, 828 para inversión. ¿De dónde se recorta? Destaca, especialmente, el drástico descenso en el apartado llamado Incentivación al sector agroindustrial, que pasa de tener una partida prevista de 285 millones en 2009 a 169 millones para 2010. Es decir, un 40% menos.

La cifra se sitúa en niveles similares a 2008, cuando la partida en este concepto fue de 159 millones. La razón de esta variación es la dotación extraordinaria a la que se ha recurrido este año, de 120 millones, para las pymes agroalimentarias. En 2010 este dinero no se renovará, aunque seguirá teniendo efecto, hasta que se agote el fondo. Habrá, de todas formas, menos presupuesto inicial, pero más disponibilidad, ya que las empresas podrán financiar no sólo operaciones de inversión sino también otro tipo de gastos, sobre todo con el objetivo de hacer circular el capital.

En su comparecencia el Parlamento, la consejera del ramo, Clara Aguilera, se encargó de recordar que la Junta ha habilitado un Fondo de Impulso al Desarrollo Empresarial, dotado con 204 millones, además de otro de impulso a las energías renovables y la eficiencia energética, por un importe de 30 millones. A estas ayudas puede acceder cualquier empresa agroalimentaria, pero éstas no están circunscritas a este tipo de firmas.

Otro apartado mermado es el llamado Bases para el desarrollo sostenible del sector agrario, que incluye la política de riegos, la seguridad alimentaria o la agricultura ecológica. El presupuesto baja, en estos conceptos, un 35,6%. Aumenta, eso sí, la inversión en la producción ecológica, un 56%, y se invertirán 51 millones en infraestructuras agrarias, sobre todo en los caminos rurales, reivindicación histórica de las organizaciones agrarias.

Frente a las ayudas a la agroindustria y la sostenibilidad agraria, hay dos partidas que suben, si no espectacularmente sí al menos significativamente. Así, el presupuesto para ayudar directamente a la producción agrícola y ganadera será, sin contar con las ayudas europeas, de 274 millones, lo cual supone un incremento del 17% respecto al año anterior. Según el proyecto de presupuestos, la Consejería realizará una "evaluación y ordenación de los sectores productivos" y esfuerzos orientados al "estudio, diagnóstico, control y apoyo financiero a los medios de producción de las explotaciones agrarias, fomentando la optimización de recursos, la rentabilidad de las empresas agrarias y la calidad de las producciones". Traducido: ayudas para mejorar las explotaciones. Un agricultor podrá recibir, por este concepto, hasta 70.000 euros, lo cual supone un incremento del 27%. Destaca la partida dedicada a modelos productivos basados en energías renovables (48 millones) y la que facilita el relevo generacional (18 millones). La Consejería reserva, además, 53 millones para "actuaciones consensuadas" con el sector. Una partida que responde, sin duda, a la permanente reivindicación por parte de las asociaciones agrarias de una mayor flexibilidad por parte de la Administración a la hora de acometer sus políticas.

Lo mismo que el sector productivo crece en presupuesto el desarrollo rural, un 17%. Es algo lógico, pues es este año cuando entran en funcionamiento los Grupos de Desarrollo Rural (GDR) que deben gestionar los ingentes recursos que la UE destinará a este fin, 1.881 millones hasta 2015. La dotación, de 81 millones, se suma a la asignación que ya tienen los GDR para este año, de 217 millones. Clara Aguilera destacó la puesta en marcha de proyectos piloto (15 millones) y el Centro de Investigación de la Dehesa (tres millones), primer paso en la aplicación de la Ley de la Dehesa.

Los gastos generales bajan levemente (2,1%) y la partida para pesca sostenible también (un 4,3%).