Aprendió francés con Tintín y le entró el gusanillo por el oficio de periodista aunque “este reporter nunca estaba en una redacción o en una emisora”. Alfredo Relaño (Madrid, 1951) se acaba de retirar de la primera línea tras más de un tercio de su vida dirigiendo As. Será presidente de honor: “Dejaré la chaqueta colgada como hacen en la NBA con las camisetas de sus jugadores”. No supera a Santi Nolla –más de 25 al frente de Mundo Deportivo–, pero que le quiten lo bailao. Un señor que ha hecho un carrerón en Prisa (El País, Canal Plus y As) pero que empezó en Marca. Cosas del destino.
-¿Qué futuro vislumbra al As tras el relañato?
-Muy bueno por la estrategia digital: Sudamérica, norte de África, queremos ir a China... Se compensa la caída en los quioscos, aunque el papel sigue siendo el mascarón de proa de los medios y aún da dinero. El futuro promete porque el deporte español es muy bueno.
-¿Cuántas portadas le ha hecho levantar Messi?
-Ninguna, incluso le damos algunas pese a ser un periódico tan del Madrid. La que más me costó fue la del día de Ovrebo [árbitro del Chelsea-Barcelona de la vuelta de las semifinales de Champions de 2009]. Fue Iniesta hizo el milagro, pero el As está lleno de madridistas, empezando por mí, y querían atraco, robo... Esas portadas nunca las he hecho.
-¿Le queda el sinsabor de no dar el sorpasso al Marca?
-Un poco, pero hace tiempo que estamos a 15.000 ejemplares. Cuando empecé estábamos en 90.000 y el Marca en 500.000. Mi récord está en 233.000 cuando ellos tenían 300.000. Ahora es algo menos de la mitad.
-Di Stéfano, Rubalcaba, Relaño… ¿A los alfredos se les ven los colores?
-Yo soy del Madrid, desde luego, pero Di Stéfano era de River, lo traía de cuna.
-As ha batallado contra Florentino Pérez. ¿Lo invitará a alguna despedida?
-No, ni él iría. No resiste la crítica, está muy malacostumbrado a que todo salga como dispone. Se confunde él mismo con el Madrid. Ha tratado de poner un cordón sanitario, pero la gente del club se salta el veto.
-¿El clic está acabando con el periodismo?
-Acabando no, pero ha sido una enfermedad que tratamos de curar: ir tan deprisa, quién es el primero y ver qué chorrada pongo... Ahí hemos caído todos. El periodismo tiene que funcionar con credibilidad y arriesgarla por la rapidez es lo peor. Ya nadie sabe quién es el primero en dar una noticia.
-Los contables tomaron el control en los diarios, ¿es la hora de los informáticos?
-Los contables no tomaron tanto. Los informáticos han sido peligrosos, un mundo de camelistas y vendedores de crecepelo del Oeste. Hubo ese peligro y se tiró un dinero escandaloso. Los informáticos son para echarse a temblar.
-Entrevistó a Maradona por Valdano a horas de la final del Mundial 86. ¿Se le disparó el corazón?
-Sí, fui a la concentración argentina y llamé a Valdano. Le dije que quería entrevistarlo a él y a Maradona, pero con tanta prensa era imposible. "Si quieres, te llama Diego", me dijo. Sonó el teléfono de la habitación: "Hola, soy Diego...". Peridis me honró con un dibujito que me hizo muy feliz.
-¿Qué exclusiva guardó en el cajón?
-Ninguna. Vivimos de eso.
-Fue muy feliz de delegado en Andalucía de El País.
-Estaba en Sevilla, pero mi responsabilidad era toda Andalucía. Me escapaba a ver al Madrid en la Copa de Europa. La remontada al Anderlecht fue apoteósica. Mandaba por la mañana cosas para hacer ruido, cogía el coche para Madrid y al acabar el partido, para atrás. Iba cagado por si descarrilaba un tren en Jaén...
-Paco Correal dice que usted le dio un beso al marcar Malta en el Villamarín.
-Fue tan extravagante que me dio una especie de sorpresa fugaz. ¡Había que meter 11 goles! Le di un beso como diciendo: "¡Qué cosa tan loca estamos viendo!".
-Modernizó el fútbol y los toros en Canal Plus.
-La primera televisión de pago obligaba a una búsqueda permanente de la excelencia. Todo cuidado: el lenguaje, la ropa. Avanzamos más en los toros, estaban como en la tele de los 60.
-"Si sigues aprendiendo español, te echamos". ¿Se asustó Michael Robinson?
-Fue una broma de Juan Cueto. Tenía gracia lo mal que hablaba. Cuando mejoró, traté de enseñarle latinajos: sic transit gloria mundi...
-"Quien está contra el Cádiz, está contra la humanidad". Su frase está en el Ramón de Carranza.
-En el túnel de salida como el This is Anfield. Aquí me enamoré de Cádiz, pillé los años de Mágico. A Robinson le encanta y dice que es de allí; la impostura de Irigoyen de inventarse un play off para salvar al Cádiz le pareció maravillosa.
-Con tanto chiringuito, ¿no echa en falta a García, enemigo acérrimo de Prisa y acuñador de la frase "el imperio del monopolio"?
-No, tuvo su época. No jugaba limpio. Él levantó una bandera de rebeldía cuando llegó, pero luego abusó de su posición, impuso el miedo. Una vez en la Vuelta a España tuvimos un incidente físico, digamos que gané yo, pero lo saludo si nos vemos.
-Pero los programas ruidosos no le van...
-No es un género que haya cultivado, pero tienen su sitio y divierten.
-Una de sus firmas potentes es Tomás Roncero.
-Él sostiene que no hay que escuchar al otro, porque entonces dudas.
-Bahamontes, Santana y Di Stéfano son sus ídolos deportivos. ¿Dónde coloca a Indurain, Pau Gasol, Nadal?
-Ellos vienen después. Nadal es el mejor. Y añadiría a tres futbolistas: Xavi, Casillas e Iniesta. Los primeros fueron con mis 15 años, como el primer amor.
-¿Quién presionó más para cargarse a la chica en paños menores del As?
-Estaba pasado de fecha y tenía excesos. El Instituto Andaluz de la Mujer me mandó muchas cartas y las contesté justificando la tradición porque existe desde el principio. Hoy sigue una chica pero por méritos deportivos. Concha Velasco fue la primera que salió.
-¿El fútbol femenino ha llegado para quedarse?
-Sí. Me gusta. Juegan más despacio y con buen manejo de balón.
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