Pasarela

La última fiesta del año para los Bernadotte

  • El príncipe Alexander recibe las aguas bautismales en Drottningholm

La familia Bernadotte vuelve a estar de fiesta. Tras el bautizo del príncipe Óscar y la celebración del 75 aniversario del rey Carlos Gustavo, el bautizo del príncipe Alexander, el primogénito del príncipe Carlos Felipe, vuelve a ser un motivo de celebración para la familia real sueca. Considerada una ceremonia de estado, el bautizo del nieto más pequeño del rey Carlos Gustavo congregó ayer en el palacio de Drottningholm de Estocolmo no sólo a todos los miembros de la familia real sueca y miembros de la corte, sino también a los representantes de otras casas reales y a los principales líderes políticos del país.

El pequeño lució para la ocasión el batón de cristianar de los Bernadotte, el mismo que lució su abuelo y que también han llevado su padre, sus tías y sus primos paternos. El príncipe Alexander ha tenido entre sus padrinos a la princesa Victoria, así como a la hermana de la princesa Sofía, Lina Hellqvist, y a un primo del príncipe Carlos Felipe, Victor Magnuson. También los mejores amigos de sus padres, Jan Ake Hanson y Wendy Larsson, fueron designados como padrinos del pequeño Alexander.

La princesa Sofía escogió para un día tan especial un dos piezas de encaje blanco y recogió su melena con una diadema de perlas. Por su parte, la princesa Victoria, que llevó en todo momento al pequeño Óscar en sus brazos, lució un vestido de encaje en tono coral, el mismo tono que eligió para su pequeña Estelle. La princesa Magdalena lució un discreto vestido de estampado floral mientras que su hija Leonore, que en esta ocasión no sorprendió con ninguna de sus habituales travesuras, acudió con un vestido de gasa en tono verde menta.

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