La mejor ruta senderismo de Málaga para hacer en agosto que lo tiene todo: pueblo fresquito, piscina natural y cuevas imposibles
Explora pozas, molinos centenarios y las cuevas más espectaculares de Andalucía en una sola escapada de verano
Así es la ruta que lo tiene todo: Indiana Jones se quedaría a vivir en Benaoján
El mejor pueblo de Málaga para visitar en agosto: "Fresco, rodeado de naturaleza y donde reina la tranquilidad"
Benaoján, situado en el corazón del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, es uno de los pueblos más singulares de la provincia de Málaga. Enclavado entre montañas, este pequeño municipio de la Serranía de Ronda se presenta como un destino idóneo para quienes buscan una experiencia de senderismo en plena naturaleza durante los meses más calurosos del año. La combinación de altitud, vegetación exuberante y manantiales naturales convierte a este rincón en un auténtico refugio estival, el lugar perfecto para afrontar una exigente ruta senderismo en Málaga este mes de agosto sumando pueblo fresquito, piscina natural y cuevas imposibles.
Este enclave malagueño no solo destaca por su entorno natural privilegiado, sino también por el valioso patrimonio arqueológico que esconde bajo tierra. Las cuevas de Benaoján son auténticas joyas geológicas que atestiguan el paso del ser humano desde la Prehistoria hasta nuestros días, con formaciones y restos únicos que lo convierten en un referente del interior de la provincia.
Manantiales frescos y molinos con historia
Uno de los secretos mejor guardados de Benaoján es el manantial de Los Cascajales, también conocido como Molino del Nacimiento. Este paraje natural se encuentra en la parte baja del pueblo, muy cerca de la estación de tren. Rodeado de vegetación y atravesado por las aguas del río Guadiaro, este manantial ha sido históricamente el motor hidráulico de la zona, dando vida a numerosos molinos desde siglos atrás.
El inventario del siglo XIX elaborado por Pascual Madoz ya documentaba una decena de molinos en esta zona. Hoy en día aún se conservan vestigios de algunos de ellos, como el Molino del Santo, cuyo nombre permanece en un establecimiento hotelero cercano, o el Molino del Caracol, transformado actualmente en alojamiento rural.
El entorno de Los Cascajales ofrece un lugar ideal para descansar y refrescarse. Las aguas cristalinas que brotan del manantial crean pequeñas pozas donde, en pleno verano, se puede disfrutar de un baño en plena naturaleza. Este espacio, sombreado por vegetación de ribera, se ha convertido en un punto de encuentro para quienes recorren las rutas de la zona.
Senderismo con historia y naturaleza
Benaoján es punto de partida de diversas rutas de senderismo que permiten adentrarse en un entorno natural de alto valor ecológico. Las opciones se adaptan a todos los niveles, incluyendo senderos familiares y vías ferratas pensadas incluso para los más pequeños. Los caminos serpentean entre bosques, formaciones rocosas y cañones, ofreciendo vistas impresionantes y un recorrido lleno de contrastes.
El paisaje karstico de la zona ha dado lugar a formaciones subterráneas que convierten a Benaoján en uno de los grandes referentes espeleológicos del sur de la península. Las cuevas de El Hundidero, El Gato y La Pileta no solo impresionan por su belleza natural, sino por el legado histórico y arqueológico que custodian en su interior.
El trío de cuevas imposibles
La cueva del Hundidero es uno de los accesos al sistema Hundidero-Gato, una de las mayores cavidades naturales de Andalucía. Su entrada, una grieta monumental en la roca, da paso a una galería de enormes dimensiones con techos que superan los 50 metros de altura. Dentro de la cueva discurre un río subterráneo que ha modelado estalactitas, columnas y formaciones de gran espectacularidad. No muy lejos de allí se encuentra la antigua presa del embalse del Hundidero, una estructura centenaria que nunca llegó a cumplir su función.
La cueva del Gato, ubicada a escasa distancia del núcleo de Benaoján, se reconoce fácilmente por su icónica entrada y la poza de aguas turquesas que la enmarca, el conocido como Charco Frío, con el agua más gélida de la provincia. Este lugar alberga vestigios de arte rupestre y es uno de los rincones más fotografiados del entorno, especialmente por quienes buscan la postal perfecta del verano malagueño.
Por último, la cueva de La Pileta completa esta triada de espacios subterráneos únicos. En su interior se conservan importantes conjuntos de pinturas rupestres, datadas en el Paleolítico Superior. Además de su relevancia histórica, La Pileta continúa siendo objeto de investigación por su singular geografía y su ecosistema interno. Se trata de una cueva que ofrece no solo belleza, sino también conocimiento, con hallazgos que han contribuido al estudio de los primeros asentamientos humanos en el sur peninsular.
Un pueblo que combina autenticidad y frescor
El núcleo urbano de Benaoján mantiene el encanto de los pueblos blancos andaluces, con calles estrechas, casas encaladas y una vida tranquila que contrasta con la intensidad de la temporada estival en otras zonas de la provincia. Su altitud y el entorno montañoso le confieren temperaturas más suaves, especialmente en las primeras y últimas horas del día, haciendo de él un lugar ideal para recorrer en agosto.
A esta propuesta se suma una oferta de alojamientos rurales integrados en el paisaje, desde casas tradicionales rehabilitadas hasta antiguos molinos convertidos en establecimientos con encanto. La gastronomía local, basada en productos de la tierra y recetas de tradición serrana, completa una experiencia que conjuga naturaleza, cultura y frescor.
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