¿Cuáles son los pueblos más altos de Málaga? Auténticos miradores naturales, tocan el cielo y con un entorno privilegiado

La provincia de Málaga es conocida por sus pueblos blancos y su larga línea de costa. Sus pueblos costeros, en primera línea de playa, son quizá algunos de los más famosos, aunque también hay otros rincones que destacan por su altura, la Málaga que toca el cielo. Hay pueblos en Málaga que brillan por su altura, auténticos balcones a las bondades de la provincia, de su entorno y naturaleza. Y es que, aunque parezca que no, Málaga es la segunda provincia más montañosa de España, solo superada por Asturias, un rasgo que se refleja en sus paisajes y en la altura de algunos de sus municipios.

Concretamente, en las comarcas de la Alta Axarquía y el Valle del Genal se encuentran los pueblos de Málaga que conforman este techo de la provincia, cinco coquetos municipios que, según el Sistema de Información Multiterritorial de Andalucía (SIMA), destacan por su altitud y su entorno privilegiado. Alfarnate (886 metros), Alfarnatejo (852), Cartajima (851), Parauta (812) y Pujerra (776) forman este que combina naturaleza, identidad serrana y panorámicas únicas.

Alfarnate: el pueblo más alto de Málaga con 886 metros

Con 886 metros sobre el nivel del mar, Alfarnate encabeza la lista como el pueblo más alto de la provincia. Se sitúa al pie de la Sierra de Alhama, muy próximo al límite con Granada, y su casco urbano se despliega en una llanura rodeada de montañas que suavizan la sensación de altitud. Aun así, su entorno deja claro el carácter montañoso de la zona, con sierras escarpadas y senderos que lo convierten en uno de los enclaves más singulares de la Alta Axarquía. Su paisaje, marcado por montes que se elevan en todas direcciones, aporta una visión clara de por qué Alfarnate ha mantenido siempre una estrecha relación con la naturaleza.

Alfarnatejo: 852 metros y los llamados ‘Pirineos del Sur’

A poca distancia de Alfarnate se encuentra Alfarnatejo, que alcanza los 852 metros de altitud. Popularmente conocido como los “Pirineos del Sur”, debe este sobrenombre a los tajos calizos que dominan el paisaje, con los picos Chamizo, Gallo y Vilo imponiéndose sobre el casco urbano. Aunque el núcleo del pueblo se sitúa en una zona relativamente llana, todo su entorno está marcado por la montaña, lo que le confiere un aspecto robusto y una identidad profundamente ligada a la naturaleza serrana de la Axarquía. Su proximidad a Alfarnate hace que ambos municipios compartan buena parte de su carácter geográfico.

Cartajima: 851 metros en pleno Alto Genal

En la Serranía de Ronda, Cartajima ocupa el tercer puesto del ranking con sus 851 metros. Integrado en el Alto Genal, este municipio se encuentra rodeado de castañares y de formaciones kársticas conocidas como los Riscos de Cartajima, que le otorgan un perfil inconfundible. La localidad se asienta en un enclave elevado desde el que se domina buena parte del paisaje de Pujerra y otros pueblos vecinos. Este entorno, donde se combina la montaña con la tranquilidad rural, convierte a Cartajima en una de las localidades más características de la comarca por su altitud y su particular orografía.

Parauta: 812 metros entre castaños y montañas

También en el Alto Genal, Parauta alcanza los 812 metros de altura. Con una población muy reducida, situada por debajo de los 200 habitantes, este pequeño pueblo aparece rodeado de un espeso castañar que define su paisaje y parte de su identidad. La Sierra del Oreganal actúa como protección natural y refuerza el carácter montañoso del municipio, donde la altitud y el entorno serrano marcan el ritmo cotidiano. Su localización muestra una de las estampas más tranquilas del valle, en un espacio donde las montañas parecen abrazar al caserío.

Pujerra: 776 metros y vistas privilegiadas del Alto Genal

Cerrando este listado se encuentra Pujerra, con 776 metros de altitud. Aunque es el que menor altura registra, sus vistas son de las más amplias de la comarca, ya que desde su posición se domina gran parte del Alto Genal. Rodeado de extensos castañares, su paisaje cambia con cada estación y adquiere un brillo especial en otoño, cuando el valle se llena de tonos ocres y rojizos. Su ubicación, en lo alto del valle, lo convierte en un auténtico mirador natural desde el que se comprende la riqueza paisajística de esta zona de la Serranía de Ronda.