Posiblemente es una de las rutas y senderos más conocidos de toda la provincia de Málaga, el Caminito del Rey, pero hay otro caminito que comparte nombre y también es igual de espectacular que éste e invita al vértigo. Hablamos de el Caminito de los Caballeros, otro camino de no demasiada dificultad que ofrece una visitas increíbles y maravillosas y que te hace caminar prácticamente por la ladera de una montaña, bordémoos una pared vertical de una presa y disfrutamos de una cueva sin igual. 

A casi 140 kilómetros de Málaga capital se encuentra Montejaque, un pequeño pueblo de la Serranía de Ronda que está inmerso en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, muy próximo a Benaoján y que cerca del cauce del Guadares, donde se construyó la Presa de los Caballeros en un intento por frenar las aguas del río que no tuvo éxito debido a la roca caliza del lugar, vaciándose a través de sumideros. Pero aquel proyecto es hoy parte de este Caminito de los Caballeros.

La ruta del Caminito de los Caballeros se puede comenzar a poco más de 10 kilómetros de Montajaque, en un aparcamiento de la carretera MA-8403, donde encontramos los primeros carteles indicativos de la ruta, donde encontraremos algo de historia de la zona. Antes de comenzar, recordamos que son algo más de tres kilómetros de recorrido, contando la ida y la vuelta, y desnivel que no llega a los 130 metros. En alrededor de una hora, podemos completarla si no nos detenemos demasiado para contemplar las vistas –ya te aseguramos que echarás más tiempo...–.

El camino está muy bien señalizado y tras descender un poco lo primero que nos encontramos es un mirado excepcional entre pinos. Será en este momento cuando el camino se bifurca, dando paso por la derecha a unes escaleras donde encontraremos la presa y por el otro lado, a la izquierda, otro que lleva hasta la Cueva del Hundidero. Tomando el primero de estos es el momento en el que toca caminar a más de 80 metros de altura, por encima de la pared vertical que mencionamos al principio, ese fallo de obra hidráulica.

Cueva del Hundidero.

Aquí, tras contemplar las vistas, volvemos por nuestro pasos para tomar el camino inverso y poner rumbo a la Cueva del Hundidero, que con 50 metros de altura, es uno de los grandes recovecos de Málaga, un entramado de galerías que deja cn la boca abierta a cualquiera que se adentre en ella al igual que la Cueva del Gato. Tras esto sólo toca volver y poner rumbo de nuevo al coche. Es un trayecto sencillo, donde sobra decir que la precaución y el buen calzado deben ser incondicionales.