La serranía de Ronda es un lugar peculiar. Su particular geografía, la frondosidad de sus bosques, sus desfiladeros y gargantas, sus caminos milenarios y sus pueblos enclavados en partes del territorio que en su mayoría son propicias para la defensa y que beben del pasado medieval de frecuentes enfrentamientos entre distintos bandos de poder fueron junto con las sierras de Cádiz y otros puntos del Sur de la península ibérica algo más que un quebradero de cabeza para los ejércitos de Napoleón. Más de dos siglos después, aún se recuerdan las batallas más épicas, las victorias más inesperadas. En Montejaque, este finde semana (23 al 25 de septiembre) se recreará parte de la Batalla de La Puente, uno de esos episodios casi inverosímiles de este punto de la historia de España.

En Ronda vio el ejército francés como, después de ocuparla con los húsares casi sin batallar, al año de la ocupación un francotirador de la guerrilla acertaba a matar al coronel Baussin, mando de la ciudad y la zona. Pueblos como Gaucín fueron atacados hasta seis ocasiones y luego recuperados por los guerrilleros autóctonos, aunque en dicha población, los galos acabaron quemando la mayoría de las casas y matando a quienes salían a su paso, además de calcinando archivos y dependencias municipales. Un método que usarían en otros lugares y que pretendía servir como escarmiento. Estos ejemplos y otros muchos similares forman parte de la resistencia en la zona frente a la ocupación militar francesa que fue protagonizada por partidas de bandoleros, militares y vecinos de la zona con una gran organización, inventiva y esfuerzo. En Montejaque se vivió otro episodio épico en el que las fuerzas que proveían a la resistencia desde todos los pueblos del entorno serrano jugaron bien sus cartas para terminar ganando una batalla que aún hoy se recuerda y recrea.

Fin de semana de recreaciones

Los pueblos de la serranía tenían una organización más seria de lo que en principio se puede pensar, controlando los caminos y movimientos enemigos. El conocimiento del terreno, la buena coordinación entre los guerrilleros de varias poblaciones (Jimera, Benaoján, Atajate, Cortes...) y la decisiones tomadas por los jefes de las diferentes partidas se unieron al arrojo de los vecinos y acabaron en victoria. No era el primer intentó galo de hacerse con Montejaque, miden las fuerzas de la localidad y acaban entrando en ella mientras que los guerrilleros huyen al cercano Benaoján y el resto de personas se refugia en el monte. Con los movimientos de las columnas francesas sabidos, la guerrilla se arma de paciencia en torno a uno de los puentes sobre el río Guadares. Apostados en varios puntos estratégicos en torno a los desfiladeros y accidentes geográficos de la zona, escondidos entre la maleza serrana a finales de octubre de 1810, esperan a que los franceses se acumulen en el descansadero para abrir un fuego cruzado que sorprende y causa bastantes bajas.

Llegan partidas a caballo e infantería de los locales, los franceses han retrocedido después de los primeros ataques y los españoles saben que en el cuerpo a cuerpo la diferencia de fuerzas es desmesurada por lo que es preciso que las refriegas se produzcan en los puntos que han designado, además hacer caer a los mandos del ejército napoleónico es clave. Al menos dos de ellos caen en la refriega y los franceses acaban retrocediendo y emprendiendo el camino hacia Ronda, lugar seguro para ellos. La guerrilla, sin apenas bajas, mantiene Montejaque y Benaoján. Otro capítulo más que no sería el último de la Guerra de la Independencia en la zona y que se recreará desde el viernes 23 al domingo 25 en la localidad de Montejaque. 

La Asociación Batalla de La Puente, junto con otros colectivos que se dedican a las recreaciones históricas de esta época de varios pueblos andaluces, tiene preparado un gran programa de actividades que sumergirán al pueblo en una regresión al pasado de más de dos siglos y que es bastante divertida, vistosa y amena. Una gran excusa para visitar esta parte de la provincia de Málaga.