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Una de las localidades con más encanto de Andalucía que guarda un casco histórico único repleto de rincones especiales
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Si los miradores del casco antiguo de Ronda permiten ver toda la sierra y los alrededores de la localidad, divisar la propia ciudad desde parajes cercanos al Tajo y su casco histórico es igualmente bonito e impresionante y ayuda a disfrutar de las calles una vez el visitante se adentre en su casco urbano. Ver dónde se sitúa la localidad impresiona y la estampa ha servido para multitud de películas y fotografías famosas. Hay bastantes paseos y miradores para ello, el Mirador del Viento es uno no muy lejano y propicio.
Es uno de los palacios de la provincia de Málaga que visitar para encontrar un sitio tranquilo y especial. Fue el hogar de Abd al Malik, el hijo del rey de Marruecos que ayudaba militarmente a los nazaríes del Reino de Granada y rey de la zona que entonces dominaba la localidad rondeña en el siglo XIV, que está conectado por un pasadizo con las defensas de la ciudad. Los Reyes Católicos también se alojaron en él después de conquistar la plaza en 1485. En su larga historia ha tenido algunas remodelaciones y ahora es el Museo de Ronda. Cuenta con colecciones de piezas romanas, enterramientos musulmanes o restos arqueológicos prehistóricos. Pero también está en esta selección de rincones rondeños por su situación en la ciudad que permite visitar calles y rincones especialmente bonitos cuando el sol se va.
Es un símbolo y el lugar de obligado paso para todos los visitantes. Con el convento de Santo Domingo a un lado y el Parador de Turismo al otro, tiene bastantes rutas, caminos y lugares que visitar a su alrededor, además de que las vistas desde él y la contemplación de la propia estructura ya sirven para seguir la excursión con un sentir diferente. Es otro punto desde el que se llega a lugares con encanto prácticamente sin querer.
Los baños árabes y la mina de agua de Ronda son dos puntos no excesivamente conocidos de la localidad pero impresionantes. Estos baños fueron construidos en el siglo XIII y son de los mejor conservados que hay en Andalucía. Aunque la decoración (mármoles, pinturas, yeserías, mosaicos) se ha perdido, siguen transmitiendo tranquilidad y esplendor; y se puede ver el sistema de noria por el que se subía el aire. Tras la conquista cristiana se usó el emplazamiento para curtir pieles y no como baños públicos y aún se conservan algunas de las estructuras que se construyeron para la industria peletera
Levantada como mezquita en el siglo XIII (hay restos de su mihrab), el propio Fernando El Católico le dio lustre como uno de los templos más importantes de la zona. En el edificio se mezclan el gótico del inicio de las obras a finales del XV con el manierismo y otros estilos y, además, aprovecha elementos de la antigua mezquita. Es una de las iglesias más bonitas que visitar en Ronda y, además, está en una zona que es muy bonita, al lado del fotogénico callejón de Los tramposos o del convento de Las Clarisas. Es un lugar desde el que recorrer con detenimiento esta parte de la localidad.
Otro edificio curioso y no demasiado conocido. Una mina de agua en el Guadalevín que se estima que estuvo activa hasta finales del siglo XVII. Controlarla fue clave en la guerra entre musulmanes y cristianos y se dice que fue el punto culminante del asedio que sufrió la localidad antes de la entrada de los Reyes Católicos. Hoy en día se puede bajar hasta ella y entender cómo funcionaba esta espectacular infraestructura hidráulica.
Construida en el siglo XIII, fue uno de los edificios más importantes de esta zona de la ciudad en dicha época. Su arquitectura nazarí y su situación en torno a la medina son puntos que sirven aún hoy para disfrutar del entorno de un edificio con mucha historia. Se le conoce como la casa del gigante porque antiguamente estaba decorada con dos figuras antropomorfas de gran tamaño (se estima que de origen fenicio o romano) de las que sólo se conserva una y no en muy buen estado. Sin embargo, los adornos de la época nazarí que se conserva son de gran belleza y factura. En el siglo XIX fue un orfanato y hoy en día está reformado y puesto en valor para ser visitado.
A través de este edificio se accede a la mina de agua, pero merece la pena detenerse en estos jardines y en el edificio en sí. Los jardines son del siglo XX, del famoso paisajista francés Forestier, pero la historia del eidficio se hunde en el siglo XIV cuando el hijo del sultán de Fez, Abomelic, era el jefe de la zona y reforzó el sistema defensivo de la ciudad.
La espectacular ciudad romana de Acinipo está en el término municipal de Ronda, pero no es exactamente la población que da origen directamente a la ciudad actual. Había otra localidad en la época romana que da origen al municipio actual: Arunda. Aunque es más que probable que parte de la población de Acinipo acabase en Arunda, da lo mismo. Merece la pena salir de Ronda y llegar hasta las ruinas de Acinipo porque la ciudad estaba situada en un lugar absolutamente bonito, que domina toda la zona. Además se conserva su teatro, sus termas y parte de su muralla entre otro patrimonio.
Es una de las cartas de presentación del centro histórico del municipio y realmente es un lugar por el que pasear y encontrar buenos rincones. El paseo de Los Ingleses es un buen sitio en el que relajarse y pasear además de la propia Alameda. Tiene al lado la iglesia de La Merced donde se encuentra la mano incorrupta de Santa Teresa de Jesús, entre otras joyas y reliquias.
Es una de las más peculiares y antiguas (1785) del país. Además, Ronda tiene una gran tradición taurina que está marcada por la figura del famoso Pedro Romero, nieto del primer torero en usar muleta y estoque. De una familia clave en la transición del toreo a caballo al toreo a pie. La ciudad le dedica una especial calle y monumentos. La plaza de toros tiene muchas particularidades entre las que se incluye la biblioteca de la Real Maestranza de Caballería de Ronda, una de las cinco del país creada por Felipe II. Un sitio diferente repleto de historia.
Construida en el siglo XIII y remodelada en tiempos de Carlos V, es la defensa al Sur de la ciudad y no sólo merece la pena visitarla por ver la obra y recorrer las partes de las murallas que se pueden recorrer, también para conocer la parte extramuros de esta parte de Ronda que tiene bastante ambiente y vida.
Al lado del teatro al aire libre de la localidad y de la plaza de toros es uno de esos sitios bastante frecuentado, pero tanto sus vistas como sus alrededores lo merecen. A veces no hay que estar en pleno mirador para tener una buena perspectiva de lo que esta parte de la localidad puede ofrecer.
Esta es una de las bodegas visitables más famosas porque está en un antiguo convento fundado por los Trinitarios en 1505, un siglo después se encargaron de ellos los Trinitarios Descalzos, aunque un siglo después ya estaban instalados en otro edificio, aún algunos monjes más mayores quedaban en esta edificación al cargo de los campos de alrededor. Reformado y puesto en valor en el siglo XXI es sede de una bodega que ha recuperado también el nombre y está en un sitio con paisajes envidiables. Hay bastantes bodegas en Ronda y su entorno que son visitables y todas tienen una buena historia detrás, además de buenos vinos.
El Puente Viejo de Ronda tiene unas vistas espectaculares del Guadelvín y del Puente Nuevo. Es un sitio que invita a conocer las dos orillas del río y que es de obligada visita para hacerse una mejor idea del trazado antiguo de la ciudad. Los jardines de Cuenca son también una buena opción para pasear.
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