El ‘triángulo misterioso’ de Málaga pueblos con cascadas de 20 metros, casas azules y leyendas de oro
Alpandeire, Faraján y Júzcar forman un enclave único en la Serranía de Ronda
Naturaleza, historia y misterio se combinan en este rincón escondido de Málaga
El pueblo de Málaga ante el que se rinden los expertos: "Es una pincelada blanca en medio de campos dorados"
En pleno corazón de la Serranía de Ronda, Málaga esconde un enclave singular que combina naturaleza, historia y misterio. Tres pequeños pueblos conforman un triángulo cargado de encanto: Júzcar, Alpandeire y Faraján. Cada localidad posee características únicas que las distinguen, ofreciendo a los visitantes un recorrido por la historia, la arquitectura y los paisajes más sorprendentes de la comarca.
Alpandeire: historia, misterio y devoción
Alpandeire es, sin duda, uno de los pueblos más conocidos del triángulo. La figura de Fray Leopoldo de Alpandeire, fraile capuchino que vivió entre los siglos XIX y XX y beatificado en 2010, marca profundamente la identidad local. Sin embargo, su riqueza histórica y cultural va mucho más allá.
La Iglesia de San Antonio de Padua, apodada la Catedral de la Serranía, impresiona por su tamaño, especialmente en contraste con las modestas dimensiones del pueblo. Construida sobre los cimientos de una antigua mezquita en 1505 y reformada en el siglo XVIII, la iglesia conserva un curioso episodio histórico: un matrimonio local financió gran parte de la reforma hasta que se les solicitó más dinero a mitad de la obra.
El misterio envuelve aún más Alpandeire gracias a las dos momias conservadas en la iglesia, que se cree pertenecen al matrimonio mecenas. La conservación de estas figuras mediante técnicas avanzadas para su época añade un aire enigmático al pueblo, reforzado por leyendas de tesoros escondidos de oro que circulan entre vecinos y visitantes.
Faraján: cascadas, agua y patrimonio hidráulico
Faraján destaca por su riqueza natural y su legado histórico-musulmán. Sus sistemas hidráulicos tradicionales, aún operativos, permiten abastecer los campos que rodean la localidad y son testimonio de un ingenio ancestral.
Pero el verdadero tesoro de Faraján se encuentra en las Chorreras de Balastar, un conjunto de cascadas de más de 20 metros de altura rodeadas de frondosa vegetación. Varias rutas de senderismo, incluyendo una ruta circular señalizada, permiten explorar este rincón donde el agua se convierte en protagonista, ofreciendo un espectáculo natural de gran belleza. Además, las tiendas locales permiten adquirir productos frescos de la huerta, conectando tradición y naturaleza en cada visita.
Júzcar: el pueblo azul del Valle del Genal
Júzcar, conocido en su momento como el Pueblo Pitufo, conserva aún algunas de sus icónicas fachadas azules, que se mezclan con el verde del Valle del Genal. Aunque ya no todos los edificios mantienen el color característico, el recorrido por sus calles sigue siendo sorprendente y fotogénico.
El entorno de Júzcar combina naturaleza y cultura: manantiales, cursos de agua y paisajes verdes rodean el núcleo urbano, mientras que las jornadas micológicas en otoño atraen a numerosos visitantes. Además, la localidad ofrece alojamientos y diversas rutas para explorar la riqueza natural y visual de sus alrededores.
Temas relacionados
No hay comentarios