Málaga

Amfremar, una red de solidaridad para un millar de familias

María José Díaz, periodista de 'Málaga Hoy' entrega el galardón a Fernando Gutiérrez, presidente de Amfremar.

María José Díaz, periodista de 'Málaga Hoy' entrega el galardón a Fernando Gutiérrez, presidente de Amfremar. / Javier Albiñana

Un millar de familias beneficiarias, cerca de medio centenar de voluntarios y cinco trabajadores en plantilla. Esos son los números de la Asociación de Amigos Malagueños de Familias de Rehabilitados y Marginados (Amfremar). Pero detrás de las cifras, esta ONG tiene muchas historias. Las de inmigrantes, personas sin recursos, con adicciones o sin techo que encuentran en esta organización apoyo material y humano para tirar para adelante.

Su presidente, Fernando Gutiérrez, es uno de los Malagueños de Hoy, reconocidos por la Redacción de este periódico. “Llevamos 23 años sirviendo a las personas más necesitadas del Distrito Este. Familias que no llegan a fin de mes o inmigrantes sin papeles que no saben a dónde meterse y a los que les cobran un dineral por una habitación”, explicó Gutiérrez tras recibir el galardón de manos de la periodista de Málaga Hoy, María José Díaz Alcalá.

Enclavada en El Palo, Amfremar dio sus primeros pasos en el año 2000 por inquietud del docente Fernando Gutiérrez que, tras hacer un voluntariado en la cárcel de Málaga, aprendió a ver las necesidades de una parte de la barriada. “Esta es una zona muy heterogénea, con zonas de alto poder adquisitivo y otras muy deprimidas”, recordó. Así que empezó a ayudar facilitando apoyo escolar a los hijos de los presos a los que conocía de la prisión y buscando empleo a sus madres. De esa manera, puso en marcha una bola de solidaridad que no ha parado de crecer.

En la actualidad, la asociación cuenta con un comedor social y un economato que son un pilar fundamental para muchas familias del entorno. En el primer dispositivo se dan tres comidas diarias a 150 personas y a 25 familias que se llevan estos alimentos. El comedor es mucho más que un lugar donde saciar el hambre. También de forma complementaria ofrece ducha y ropa para que quienes acudan a comer puedan asearse y cambiarse. Todo de forma gratuita.

El economato social es el apoyo fundamental de 240 familias que apenas tienen que pagar el 25% del coste de productos de alimentación, limpieza, higiene, lácteos, así como carnes y pescados congelados, entre otros productos. El 75% restante está subvencionado por el Ayuntamiento. “Fue una idea del alcalde [Francisco de la Torre]”, aclaró con modestia este inquieto docente que a sus 77 años confiesa que empieza a buscar banquillo para que la asociación cuando llegue su retirada.

La ONG dio sus primeros pasos en el año 2000 y ha crecido de forma constante desde entonces

Además del comedor y el economato, Amfremar también ayuda a otras 270 familias una vez al mes con un lote de comida, gracias a la colaboración del Banco de Alimentos y el Fondo Europeo de Garantía Alimentaria (Fega). “No duplicamos servicios a familias para llegar a más personas”, aclaró el presidente de la ONG.

Además, Amfremar cuenta con un centro en el que se da apoyo escolar a niños, sobre todo de inmigrantes. Allí, luego toman una merienda y hacen actividades extraescolares, entre las que tienen talleres bilingües y de lectura, para que mejoren su nivel de español y facilitar su integración. “Cuando se ponen a leer, no se oye ni una mosca”, se enorgulleció el presidente de Amfremar ante el auditorio que se congregó en el Museo del Automóvil para asistir a los premios de Málaga Hoy.

Otro colectivo al que la ONG le dedica especial atención son las mujeres. Hay una treintena. A través de reuniones semanales tratan de empoderarlas reforzando su autoestima y buscándole salidas laborales. Para realizar su labor social, la organización cuenta con ayudas el Ayuntamiento de Málaga, de la Junta de Andalucía, de los socios y de empresas privadas. “No debemos nada a la Seguridad Social, ni a los proveedores, ni a los trabajadores. Con mucho esfuerzo, pero cubrimos los gastos todos los años”, aseguró Gutiérrez.

El deseo de su impulsor es conseguir un local y destinar los 44.000 euros de alquiler a solidaridad

Lamentó que aún no hayan podido conseguir un local para no tener que estar de alquiler, ya que a este menester deben destinar unos 44.000 euros. “Siento sana envidia de aquellas organizaciones a las que le han dado un sitio. Porque entonces ese dinero podíamos dedicarlo a otras personas humildes a las que les hace falta”, comentó el presidente.

Dado que la bola de solidaridad sigue rodando, Gutiérrez , con la colaboración de Emaús, intenta poner en marcha una casa de acogida para una veintena de personas en El Palo. “Hay muchas cosas que hacer en la barriada. Para que los mayores tengan compañía, para que los jóvenes no dejen los estudios tan pronto...”, explicó. Por eso quiere un local, para invertir esos 44.000 euros del alquiler a poder seguir ayudando a los demás. Su sueño, confesó, es que un día Amfremar “tenga que cerrar porque no sea necesario”. Pero mientras tanto, allí sigue, en El Palo, para quienes la necesiten...

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