"No puede facturar todavía, debe esperar. Es lo único que me han dicho y en el panel de información no dice que el vuelo está cancelado". Tras suspenderse ayer los primeros vuelos en el aeropuerto de Málaga, la facturación de la mayoría de trayectos se canceló también a la espera de noticias. Los viajeros afectados se fueron agolpando ante las distintas ventanillas de sus compañías aéreas para intentar solucionar el entuerto y poder empezar con buen pie el puente de la Inmaculada. Así uno detrás de otro y todo el mundo sin noticias.

El primer vuelo afectado ayer en Málaga por la baja masiva de controladores fue el de Iberia con destino a Madrid que debió haber despegado a las 20:05. Desde una hora antes aproximadamente, los viajeros de este vuelo formaron una enorme cola delante de la ventanilla de información de Iberia. Sólo una hora más tarde, el número de afectados se habían multiplicado, eran varios centenares, y la mayoría de ventanillas quedaron colapsadas. Por megafonía se intuían mensajes, pero era realmente complicado poder escuchar algo. El murmullo que había en la terminal silenciaba a los altavoces.

El aeropuerto de Málaga se convirtió en un auténtico caos a partir de las 20:00. Varios centenares de personas esperaban, sin saber bien para qué, en interminables colas. Para evitar incidentes, varios agentes de la Policía Nacional hicieron acto de presencia. Pero los afectados nunca perdieron los papeles. La penitencia iba por dentro. Los rumores empezaron a circular y los sistemas móviles con conexión a internet se convirtieron en la principal fuente de información, ante el deficiente servicio que ofreció la megafonía del aeródromo. Cada mensaje impacientaba más a la multitud, incapaz de escuchar lo que le decían.

Los nuevos viajeros que iban llegando al aeropuerto se amontonaban directamente antes las ventanillas de información. La noticia era ya un clamor a nivel nacional y traían datos de primera mano recién escuchados de camino en el coche. Otra vez los controladores aéreos. Entre los afectados repartían culpas con el Gobierno. Alberto Suárez, uno de ellos, narra que en un vuelo al extranjero también se vio afectado por una huelga similar. Ahora se encuentra en Málaga por motivos laborales y ayer pretendía volver a Asturias. "De aquí no me muevo hasta que no me garanticen alojamiento. Por ahora sólo me han dado un billete para mañana [por hoy] pero quien sabe si podremos salir", afirmó el viajero en la ventanilla de Iberia.

Entre la multitud había todo tipo de historias. Muchos la compartieron en la larga espera. Miguel Prieto iba a Barcelona a ver a la familia. Daniel Albujar y María Luisa Pérez a pasar el puente en Madrid. Mercedes López y su hija Julia debían ir a visitar al abuelo. Varios grupos de jóvenes iban de fiesta a distintos destinos... Al cierre de este periódico, había una veintena de vuelos cancelados en Málaga.